Santiago de Chile.   Sáb 20-04-2024
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La esforzada historia de Daniel Gutiérrez, el gran proyecto en verde de Colo Colo

Abrazó el fútbol cuando tenía tres años. Sorteó con éxito la prueba masiva que organizó Lizardo Garrido en Arica y tras una “mentira piadosa” de su madre se radicó en Santiago. Los primeros meses fueron difíciles: todo el grupo familiar viviendo en una pieza y almorzando en las plazas cercanas al Monumental. No fue todo: en solo seis meses bajó el porcentaje de grasa y subió el de musculatura para disputar el Mundial Sub 17 de Brasil. Luis Mena, el DT que más lo dirigió en las cadetes, le tiene fe, “porque faltan los centrales zurdos”. Y en su entorno están felices tras el debut en Primera.
Foto: Colo Colo oficial / Sebastián Órdenes
Raúl Neira10 de abril, 2021
Jessica Rojas recuerda con extrema precisión la edad que tenía su hijo cuando empezó a enamorarse del fútbol. “Tres años y ocho meses”, cuenta. Y detalla: “Lo veía jugar y jugar con la pelota. Cuando cumplió cuatro lo metí en la escuela que Colo Colo tenía en Arica. Ahí estuvo hasta los 10 años y seis meses. Todos en la familia somos colocolinos… Bueno, casi todos. Hay uno que no”.

—¿Quién?

“Su papá, Gabriel. Es de la UC”.

Daniel Gutiérrez tenía su genio cuando era todavía más niño. Le gustaba jugar de volante, no de defensa. Y si lo ubicaban en la última línea, lo hacía enojado. Sin embargo, su pasión por el fútbol podía más: no le importó postularse como zaguero cuando Lizardo Garrido y Carlos González, en representación del Cacique, realizaron una prueba en su ciudad natal.

Dice Jessica: “Fue en las canchas de Chinchorro. Le fue bien, pese a que había muchos niños. Me preguntaron si estaba dispuesto a traerlo a Santiago. Era verano de 2010. Finalmente no lo llevé, porque se portó mal, muy mal. Era muy llorón el Daniel… Además coincidió con el terremoto, entonces suspendieron todas las actividades. Me volvieron a contactar para 2011. Y ahí sí fuimos… Nos quedamos en el departamento de un amigo de Daniel. En Colo Colo me dijeron ‘sé que ustedes viven lejos, pero ¿estarían dispuestos a venirse? Solo si pueden, no es una obligación’. Y yo mentí: les dije que me había venido con todo. ¡Mentira! Pero fue una mentira piadosa”.

La jefa de hogar volvió a Arica, pues tenía que ir por sus otros dos hijos, Alondra y Leonidas. Venía, ahora, otro problema: dónde vivir. “Unos amigos de mi papá, Juan Vacovich y Patricia Quiroz, nos recibieron en La Pintana. Estuvimos los cuatro, en una pieza, durante tres meses. Eso, hasta que pudimos arrendar una casita en San Joaquín… Hoy recuerdo todos los sacrificios que hacíamos: dejaba a mis hijos en el colegio, volvía a cocinar y a las 13 horas me encontraba con el Daniel afuera del Monumental, en las plazas que están al frente del estadio. Almorzábamos ahí y ahí mismo se cambiaba de ropa. Lo veíamos entrenar y de vuelta a la casa. Llegábamos tipo nueve de la noche”, recuerda.

Unos amigos de mi papá, Juan Vacovich y Patricia Quiroz, nos recibieron en La Pintana. Estuvimos los cuatro, en una pieza, durante tres meses. Eso, hasta que pudimos arrendar una casita en San Joaquín Jessica Rojas mamá de Daniel Gutiérrez

La carrera de Gutiérrez siguió sin grandes novedades. Eso, hasta que Luis Mena, técnico de la Sub 15, entró en su vida. “Me faltaba un jugador de las características de Daniel, que estaba en la Sub 14, y lo llamé. Jugaba de central o lateral izquierdo. Encajó perfecto en una serie más grande: es un chico muy simpático, humilde y querendón”, cuenta el exzaguero.

Colocolino desde pequeño, Gutiérrez está cumpliendo el sueño de su vida al defender la camiseta blanca. Foto: Archivo familiar

Si bien Gutiérrez se insertaba más y más en el fútbol competitivo, Mena no olvidó su proceso formativo. “Me preocupé de que siguiera sus estudios, por ejemplo; futbolísticamente había que mejorar sus ripios, aunque tenía talento innato. Siempre sale jugando, no le gusta tirar pelotazo, cabecea bien, es fuerte en la marca. Los zagueros centrales zurdos son los que hacen falta. Y lo más importante es que está dispuesto a aprender”, dice.

Con 15 años, el defensa de Colo Colo recibió otra linda noticia: Cristián Leiva lo convocó a la selección nacional. “El ‘Negro’ participó en el proceso de la categoría 2003, la que disputó el Sudamericano en Argentina. Un año después lo llevé a Finlandia, a una gira de partidos amistosos. Después lo consideré para el Mundial Sub 17 de Brasil, en 2019. Y se superó mucho para estar: subió el porcentaje de masa muscular, bajó de peso, hizo un esfuerzo grandísimo. Hablé con la familia y le dije que debía hacer ciertos sacrificios si quería ser un deportista de alto rendimiento”, relata Mena.

—¿Cuánto tiempo necesitó Gutiérrez para tener el físico ideal e ir al Mundial?

“Entre abril y octubre. Subió la musculatura, bajó el porcentaje de grasa. Necesitó de una buena alimentación… Y en el aspecto futbolístico, enseñarle lo del pase rasante, firme, que sepa jugar perfilado, la relación futbolística con sus compañeros, manejar los espacios… Son tareas básicas de un jugador de élite. Y las cumplió”.

Gutiérrez jugando ante Bolivia, por el Sudamericano de Lima en 2019. Ese día, 29 de marzo, la Roja ganó 4 a 0. Foto: ANFP

Mena lamenta que en Chile no exista un torneo de reservas que sería, según él, el último eslabón en la cadena formativa. “Soy muy crítico respecto a eso, porque debiera existir ese campeonato… No hay y el jugador debe madurar en el primer equipo. Gutiérrez tendrá que terminar aprendiendo de los más grandes, quienes le darán el conocimiento y las herramientas para que termine la formación. Es clave, además, la familia. Y tiene una familia bien constituida, que lo haga tener los pies bien puestos en la tierra, que no se agrande, que no se suba en esa nube que es muy perjudicial”, espera.

Con 18 años, Daniel Gutiérrez vive su propio sueño del cual no quiere despertar. Y se excusa ante la petición de una entrevista: “Muchas gracias, pero en estos momentos no, quiero mantenerme al margen ya que llevo recién dos partidos”, contesta. Su familia disfruta la misma fantasía. “Pensé que la adolescencia podría llevárselo, pero nada. Siempre dedicado al fútbol, cien por ciento… Y cuando debutó, ante Unión La Calera, saltábamos en un pie. Lloré todo el día; estaba nerviosa, me preguntaba ‘cómo lo hará mi guagua…’. Fue una felicidad increíble”.

Palabra de mamá.
Raúl Neira

es redactor de Deportes El Mercurio y especializado en fútbol. Con más de 25 años de carrera, cubrió la Copa Confederaciones de Rusia 2017, la Copa América de Chile 2015, copas Libertadores, sorteos y partidos clasificatorios a la Copa del Mundo.

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