A los 27 años, Juan Leiva logró la regularidad que todo jugador busca en Primera División. Después de pasos complicados por Universidad de Chile y Audax Italiano, el formado en Deportes Concepción encontró en Unión La Calera entrenadores y un club que han sabido sacar lo mejor de él, al punto que hoy pelea con su equipo el torneo con Universidad Católica.

“Llegué a un club en el que desde el día uno me hicieron sentir muy querido, sentir importante. Le debo mucho a ‘Paqui’ Meneghini en ese sentido, porque me devolvió a mi posición dentro del campo, a tener más el control del balón, a tener más libertad, y eso me dio más confianza. Eso me desarrolló como jugador y también me ayudó en la personalidad”, indica en conversación con “El Mercurio”.

“Si bien antes no me fue bien, tampoco siento que me fue tan mal. Además de eso, hice un par de cambios de hábitos personales, en la comida y horarios de descanso. Me fui cuidando más, y todo eso fue dándome frutos, lo que hace que uno le agarre el gustito a hacer esas cosas”.

“Lo que me tocó vivir en Concepción fue muy difícil, recuerdo hasta haber llorado por la desafiliación, porque es un club al cual le tengo mucho amor, mucho cariño. Ahí viví todos los momentos que un jugador sueña: debuté, hice mi primer gol, fui capitán... Quise devolverle todo lo que me dieron, más que nada la gente, porque los dirigentes todos sabemos que eran nefastos”.

“La desafiliación pegó fuerte, me dio mucha pena. Pero el fútbol tiene eso de que al mes se me dio la opción de ir a la U, a través de un sondeo que venía de antes. ¿Qué pasó? No es que me haya faltado madurez, sino que casi no tuve formación de jugador en cadetes, y quizás hoy es un poco más parejo, pero yo venía de la Primera B, que no tenía la repercusión y la exposición de un club como la U, que todos los partidos se transmitían por TV y había mucha prensa. Me encontré con muchas situaciones profesionales del fútbol que no conocía, otro tipo de presiones que me costó un poco llevarlas y tener la personalidad que he tenido en la vida, y que siento que recuperé ahora, más fuerte, con carácter. Si tengo que hacer una autocrítica va por ahí, no haber podido visibilizar lo que implicaba jugar en un grande, más allá de que en lo deportivo cambié de posición muchas veces: un partido de lateral izquierdo, otro de extremo por la derecha, por la izquierda, centrodelantero...”.

“Fue un proceso que me hizo crecer mucho y me sirvió para mi carrera actual. Tengo 27 años, hay una madurez que debo tenerla sí o sí, y todo lo que aprendí y viví en la U y en Audax (Italiano) me ayudó a crecer. Comer banca o a veces no ser citado te hacen luchar más para conseguir las cosas. Ahora en La Calera llevo dos años en los que he estado siempre a disposición y me ha tocado ser titular”.

Dos cuarentenas ha debido realizar Juan Leiva a causa de la pandemia del coronavirus. La segunda, según revela, fue porque fue uno de los jugadores afectados en el brote de covid-19 que sufrió Unión La Calera e hizo interrumpir su participación en el torneo en diciembre.

“Costó un poco recuperarnos. Todavía lo sentimos un poco. Tuvimos la cuarentena que tuvo todo el país, y luego la que tuvimos como club por los casos de covid-19 en el equipo. Cualquier persona sabe que si estás dos semanas sin hacer nada te afecta, más si debes jugar partidos cada tres días”, asegura.

“Tuve covid-19, fui uno de los que se contagiaron con el virus en el equipo. Y no es un juego tenerlo, es real. Quizás hasta antes de eso no le tomé el peso necesario a la enfermedad, pero debo reconocer que me equivoqué, porque es muy fuerte tenerlo. A mí y a mí pareja nos dio cuatro días muy fuerte, y además es algo de lo que me ha costado recuperar totalmente, porque tuve muchos dolores musculares, de espalda, y jugando cada tres días se siente más”.

“Me dieron paracetamol y tuve que estar encerrado en el departamento, pero nada más, menos mal. A mí me dio como un resfriado fuerte con mucho dolor muscular, fiebre y dolor de cabeza, pero no a todos les da igual. Es una sensación desagradable que no se la doy a nadie”.

“Es como si te devolvieran al día uno de la pretemporada o menos, y tuvieses que volver a jugar sin pretemporada. No puedo decir que estoy físicamente completo después de eso, pero tenemos lo otro, que es el compromiso para seguir ganando”.

“Desde que llegué la dirigencia ha traído jugadores de mucha calidad, que saben manejar situaciones importantes. A eso se suma un técnico que creo es el mejor que he tenido en mi carrera, como Juan Pablo Vojvoda. La forma de trabajo que tiene es muy buena y es una excelente persona, lo que hace que estés con confianza y que el equipo tenga un muy buen ambiente”.

“No sé cuál va a ser el resultado final. Nosotros tenemos la esperanza de pelear hasta el último partido. Ahora, si analizas hasta aquí, creo que quedando seis fechas hemos peleado todo el torneo la parte alta, algo a lo que queremos que La Calera se acostumbre, a pelear como lo hemos hecho en dos copas Sudamericana en las que le hemos hecho partido a todos los rivales, con la idea del equipo de jugarle de igual a igual a cualquiera. Vamos partido a partido, pero queremos luchar hasta el final. Como mínimo queremos estar en la Copa Libertadores, porque creo que como grupo lo merecemos. Nos quedan seis finales, es una frase cliché, pero que cae bien cuando nosotros sabemos que dependemos de nosotros para lograr el título”.