Fue una tremenda sorpresa para todos. Menos para él y su entrenador, Jorge Cajigal.

Martín Vidaurre ganó la Vuelta del Porvenir, en San Luis, en su primera experiencia en carreras de ruta por etapas. El especialista en mountainbike decidió competir en la prueba trasandina en el marco de su entrenamiento para su primera temporada en la categoría Élite del cross country mundial, en la que defenderá la tricota del equipo Specialized, uno de los más fuertes del parque.

“Para mí no es sorpresa, porque para esta temporada planificamos aumentar los volúmenes de trabajo, más horas y más kilómetros, sobre todo en ruta. Estuvimos en California haciendo ajustes a la máquina, me refiero a la bicicleta y a su organismo, y luego entrenamos en altura. Después se fue pedaleando de Santiago a Valdivia por rutas interiores, en un viaje de cinco días, para competir en la Copa Chile de mountainbike y de ahí, con dos días de descanso, a San Luis”, relata Cajigal, técnico de Vidaurre desde hace más de ocho años.

El entrenador rompió sus propios resquemores para autorizar el viaje de Vidaurre para ponerse la tricota del Team Chile en una competencia de ruta, que no vivía desde 2018, cuando participó en los Juegos Olímpicos de la Juventud, en Buenos Aires, en una prueba que mezclaba contrarreloj, fondo, mountainbike y circuitos cerrados.

“Soy más precavido, una especie de abogado del diablo. Le pedí exámenes de sangre, chequeos hormonales y como los resultados fueron adecuados, era factible ir a San Luis, más allá de que la recuperación de una prueba como la Copa Chile debía ser mayor a dos días”, admite el coach.

“La verdad es que nunca había estado en un equipo de ruta, llegó a aprender, sin pretensiones de terminar adelante. Era una excusa para seguir acumulando kilómetros y hasta acordamos que si se sentía cansado, se retiraba. Sin embargo, cuando revisaba de manera remota los datos de su GPS y el potenciómetro de su bicicleta, me di cuenta de que estaba arrojando wattages bestiales y él mismo se empezó a dar cuenta de que tenía posibilidades de no solo ir a conocer la ruta, sino que de ganar”, añade.

“En 2020 hubo equipos de ruta en Europa que lo querían contratar después de verlo correr. Pero hoy Martín está súper bien en la montaña. Ahora, si él quiere hacer ruta, tiene al equipo Bora, que está vinculado al Specialized. Pero su disciplina es el MTB”.

“Ambos hemos ido aprendiendo en el ciclismo a nivel mundial. Está el caso de (Mathieu) Van der Poel, que ha sido campeón del mundo de ciclocross, pero que también rinde muy bien en ruta y hasta ha ganado etapas en grandes vueltas. O (Thomas) Pidcock, oro en el cross country de Tokio 2021 y que también tiene grandes resultados en la ruta (ganó una etapa del Tour de Francia 2022). Al final, los entrenadores y los deportistas nos hemos tenido que reinventar y modificar nuestra metodología de entrenamiento y darle más horas a la ruta que al cerro. Martín puede pasar un 70 u 80 por ciento de su entrenamiento arriba de la bicicleta de ruta, pero, además, sagradamente entrena dos días a la semana en el gimnasio, lo que le ha permitido desarrollar niveles de fuerza que no son normales en los ciclistas en Sudamérica”.

Hace rato ya que Vidaurre y Cajigal viajan a entrenar al extranjero, desde mucho antes de que el pedalero se hiciera un nombre en el ciclismo de montaña.

“Siempre estamos mirando cómo se compite, cómo se entrena. Cuando me tocó ir a Tokio en pandemia, por un lado fue terrible, porque no podíamos salir y no pude conocer la ciudad, pero como los entrenadores estábamos todos encerrados, conversábamos de entrenamientos, de ciencia. Hoy, la mayoría de los técnicos tiene Ph.D. y hablamos el mismo lenguaje respecto de cómo entrenar a nuestros deportistas y eso nos ha llevado a entrenar más ruta”.

“A Martín le apasiona el mountainbike, disfruta tirarse por los senderos. La ruta es un complemento para ser un mejor corredor de montaña y, de hecho, nuestro foco lo tenemos en los Juegos Olímpicos de París 2024. Veo difícil que hoy quiera pasarse a la ruta, pero más adelante, si va teniendo muchos logros en el cross country y quiere buscar otros estímulos, además de ofertas económicamente muy tentadoras, quizás en el futuro podría hacer el cambio”.

“Yo vengo diciéndolo hace dos años: que lo tomen en cuenta para la ruta en Santiago 2023, tiene las condiciones para pelear una medalla en fondo o incluso en la contrarreloj. Siempre había sido un llamado sordo, quizás con esto nos van a empezar a escuchar. Técnicamente, Martín es uno de los cinco mejores bikers del mundo, solo le falta la parte física y eso lo estamos trabajando en la ruta. Es un talento brutal desde el punto de vista físico, técnico, táctico, de inteligencia y, sobre todo, psicológico. Se acostumbró a competir con los europeos y hoy no le genera ningún tipo de estrés medirse con los mejores”.