Hace bastante tiempo que varios asesores y profesionales del rubro agrícola venimos advirtiendo que, además del cáncer bacterial (Pseudomonas syringae pv syringae), hay otra importante amenaza sanitaria para la industria del cerezo: las llamadas enfermedades de la madera.
Así, cada vez es más fácil ver en los huertos la presencia de estas patologías que son tremendamente perjudiciales, ya que además de generar un problema fitosanitario –van obstruyendo los haces vasculares de la planta en distintos niveles, debilitándola, pudiendo incluso matarla-, reducen la madera disponible en el árbol, lo que en la práctica se traduce en una disminución de la producción y en fruta de más baja calidad. Es decir, se produce un daño a todo nivel para el productor.
El gran problema de esta enfermedad es que, si bien hay herramientas y manejos determinados para enfrentarla, su erradicación total del huerto es muy difícil, por no decir casi imposible.
Distintas imágenes de 2021, correspondientes a prospecciones realizadas en huertos de la Región del Maule, donde se encontraron síntomas de hongos de la madera. Crédito: Jean Paul Joublan.
El cáncer bacterial, el inicio del problema
Existe evidencia de que la cada vez mayor presencia en los huertos de las enfermedades de la madera, que son provocadas por un complejo de hongos oportunistas donde se encuentran Calosphaeria, Chondrostereum purpureum, Cytospora, Eutypa, Botryosphaeriaceae y otros, tiene directa relación con la acción del cáncer bacterial.
Así, por ejemplo, sabemos que las heridas clásicas provocadas por la bacteria Pseudomonas syringaepv.syringae (Pss), pueden transformarse en la puerta de entrada para que los hongos de la madera ingresen a la planta y generen la infección. Estas heridas pueden ser catalizadas por las bajas temperaturas, debido a que la bacteria actúa como catalizador de cristales de hielo, fenómeno que se denomina como INA (Ice Nucleation Activity).
Daño en la madera causado por insectos, que puede ser una puerta de entrada para Pss y hongos de la madera. Crédito: Jean Paul Joublan.
Hay que tener presente también que la presencia de Pss generará un estrés en la planta, lo que en teoría puede ser aprovechado por los hongos de la madera para atacar.
Pero quizás el mayor riesgo relacionado con esta situación es que puede llevar al productor o al responsable del campo a hacer un mal diagnóstico y confundir la presencia de hongos de la madera con el cáncer bacterial, lo que en la práctica producirá que el problema en el huerto se incremente. Esto debido a que los hongos de la madera son resistentes al cobre, que es uno de los tratamientos más usados para combatir Pss. De esta manera, al aplicar este tipo de productos, sobre todo en invierno, llevará a que otros hongos, bacterias o cualquier potencial controlador biológico de estos patógenos mueran.
Las armas disponibles
Tomando en cuenta la gravedad de la situación, ¿de qué forma deberíamos enfrentar una potencial presencia de hongos de la madera en el huerto?
En primera instancia, es vital hacer un buen diagnóstico. Si no lo hacemos, tal como dijimos anteriormente, nos arriesgamos a generar más daños al huerto.
Para lograr este objetivo es importante hacer un adecuado monitoreo del huerto, con el fin de pesquisar de forma temprana cualquier síntoma extraño que pueda estar presente.
Así, por ejemplo, si vemos ramas secas u otro material muerto en los árboles, lo mejor será hacer una poda sanitaria, con el fin de bajar la carga de inóculos y, con ello, reducir las posibilidades de que la enfermedad se expanda por el huerto.
También es importante tener una cierta racionalidad en el uso de determinados productos como herbicidas, pesticidas, insecticidas, fungicidas y bactericidas, entre otros, para evitar generar desequilibrios. No hay que olvidar que el huerto es un sistema agroecológico donde conviven muchas especies que ayudan a generar el equilibrio.
De igual forma, hay que evitar que las plantas sufran algún tipo de estrés, ya sea hídrico, térmico o por sales, entre otros. La idea es que no se debiliten y, con ello, queden expuestas a la acción de los patógenos.
Otro aspecto que influye en las posibilidades de que estos hongos se hagan presentes en el huerto, y del que hay que preocuparse, es la poda. Si bien hasta hace un tiempo estas se hacían verano, con el fin de reducir las opciones de que los árboles sufrieran cáncer bacterial, poco a poco esto ha ido cambiando. Hoy, con el objetivo de definir el número óptimo de yemas y así mejorar la calidad de la fruta obtenida, las podas se están haciendo más cerca de invierno, lo que en la práctica no sólo aumenta las posibilidades de que las plantas -producto de las heridas producidas- se infecten de Pss, sino que también de que se vean afectadas por hongos de la madera. En este tema es importante también tener en cuenta que no existe ninguna pasta de poda que elimine completamente el riesgo de que estos patógenos entre en la planta.
Paralelamente, hay que poner atención a lo que pasa con las especies vegetales que se encuentran alrededor del huerto productivo, como por ejemplo son las cortinas cortaviento (álamos, eucaliptus, aromos, etc), ya que pueden ser fuente de inóculo.
Cerezo Lapins/Colt, con sistema de formación UFO, afectado por enfermedades de la madera. Crédito: Jean Paul Joublan.