Señor Director: El 8 de enero, nuevamente “El Mercurio” publicó una noticia sobre la baja de natalidad y, una vez más, académicos de connotadas universidades nacionales analizan la crisis únicamente con una mirada económica. Basta de cifras, miremos a la mujer. Muchas mujeres deciden libremente no ser madres, haciendo uso de sus derechos sexuales y reproductivos. Sin embargo, existe un grupo que sufre en silencio la decisión de la maternidad. ¿Quién intenta entender en serio por qué hay mujeres que no quieren tener hijos? Las experiencias dolorosas en la infancia, las relaciones de pareja que no ofrecen suficiente seguridad, la sensación de enfrentar la crianza solas, sistemas sociales hostiles que no van al ritmo de los niños e influencias socioculturales que plantean caminos a la felicidad incompatibles con la maternidad, son factores ambientales que influyen en la decisión de no tener hijos. Pero frente a la crisis que enfrentamos hoy, nos parece urgente volver la mirada a la interioridad de la mujer, poniendo sobre la mesa las preguntas existenciales que determinan nuestras decisiones: ¿Se puede ser madre y ser feliz al mismo tiempo? ¿Por qué no quiero ser madre? ¿De qué tengo miedo? Para revertir las tasas actuales no bastan políticas públicas ni incentivos a las familias numerosas. Debemos entender que, tras la decisión de no tener hijos, aparece la experiencia de soledad de una mujer que muchas veces se siente vulnerada. Desde la psicología, urge recuperar la centralidad de la persona y acompañarla adecuadamente en el dilema que hoy implica la maternidad. Denisse Smith Dufey
Valentina Velarde Lizama
Académicas Escuela de Psicología, U. Finis Terrae