Señor Director:

He levantado en forma reiterada mi preocupación por el aumento de la participación de menores en delitos violentos. Este es un tema que no se ha abordado y que es urgente frente a la crisis de seguridad que enfrenta el país.

Quiero relatar un ejemplo de lo mal que funciona el sistema. Un joven de 16 años fue detenido en Vitacura, en noviembre de 2023, portando elementos para delinquir. Quedó en libertad. Sin embargo, a los pocos días fue detenido tras robar una casa. Quedó con sujeción al Sename y arresto domiciliario nocturno. Días después, fue detenido, en otra comuna, por circular en un auto robado. Luego, en enero de 2024, fue detenido en tres ocasiones cometiendo diferentes hurtos.

En febrero fue detenido por un robo con intimidación. Esta vez sí fue privado de libertad, quedando en internación provisoria. Pero tras el juicio recibió la misma condena que en los casos anteriores: libertad asistida especial. Siguió delinquiendo. En julio nuevamente es detenido por hurto y hace días realizó un robo muy violento en Vitacura. Fue nuevamente detenido.

Ya tiene 17 años y ha pasado menos de un año desde su primera detención. Hoy está privado de libertad y esperamos que la condena sea en un régimen cerrado. Es peligroso para la sociedad y para él mismo, que siga libre.

Este caso es una muestra clara de la falla del sistema de libertad asistida especial. Me permito preguntar, ¿quién controla la adherencia al programa? ¿Cuál es la tasa de reinserción? ¿Quién estuvo a cargo de este programa específico? ¿Quién les responde a las víctimas respecto a que este joven estuviera libre después de todos los delitos cometidos? Por último, ¿cuál es la señal y el ejemplo que estamos dando al resto de los jóvenes?

Camila Merino Catalán
Alcaldesa de Vitacura