Señor Director:

En un interesante encuentro de Icare, realizado esta semana, la economista Andrea Repetto presentó un estudio denominado “El castigo a la maternidad”, que da cuenta de la diferencia en el desarrollo profesional de hombres y mujeres con la llegada del primer hijo. El estudio acredita que mientras los hombres continúan desarrollando su carrera profesional, las mujeres deben elegir entre el cuidado de sus hijos, su desarrollo profesional o cumplir ambos roles con un gran esfuerzo de tiempo, con desventaja en sus remuneraciones y con una alta carga emocional.

El título del estudio sorprende. Como madre de tres niños me duele pensar que los hijos pueden llegar a ser percibidos como un castigo para algunas mujeres que, como yo, queremos trabajar y desarrollar nuestra carrera profesional y, al mismo tiempo, cuidar de ellos y formarlos para enfrentar el futuro.

Si esa percepción se instala, ¿por qué nos sorprendemos con la baja en la tasa de natalidad de nuestro país y la cada vez mayor cantidad de mujeres que optan por posponer su maternidad en pos de su desarrollo laboral?

Debemos trabajar para construir una sociedad en que ambos importantes caminos sean compatibles. Para ello, el Estado y las empresas deben generar las condiciones y la legislación necesarias para garantizar la corresponsabilidad de padres y madres en la crianza de nuestros niños y las instancias para que ellos queden bien cuidados cuando no estemos en casa.

Solo espero que el día de mañana, mi hija Elisa pueda desarrollar al máximo su carrera y al mismo tiempo ser madre. Voy a trabajar para que sienta que tener un hijo y desarrollarse profesionalmente son dos dimensiones a las que tiene derecho.

Magdalena Larraín Matte