Señor Director:

Tal vez su nombre fue bien conocido y apreciado en Chile solo entre quienes se dedican a la teoría y filosofía del Derecho, pero lo cierto es que Ernesto Garzón Valdés, que acaba de morir en Alemania, estuvo varias veces en Chile, especialmente en la Universidad Diego Portales.

De inteligencia analítica, lo cual quiere decir que sabía distinguir. Distinguir para luego relacionar, porque cuando se relaciona sin haber antes distinguido, lo que se consigue es pura confusión.

Analítico, mas no por ello carente de convicciones políticas y morales. A sus gestiones en tales países se debe que no pocos chilenos y latinoamericanos en general pudieran publicar sus obras en sellos editoriales de España y México.

Vinculado en el pasado siglo a la transición democrática de su país —Argentina—, nunca pudo conformarse con los graves y extravagantes vaivenes posteriores de la actividad política en su país. Elegante por donde se le mirara —física e intelectualmente—, tenía un sentido del humor tan suave como penetrante; un humor en voz baja, pero con la potencia de un explosivo. Bondad hubo también siempre en él, esa bondad que es fruto de la racionalidad.

Agustín Squella