Ante el asesinato de la sargento Rita Olivares, el Presidente Boric señaló: “Vale la pena reflexionar respecto a nuestras actuaciones en el pasado y reconsiderar actuar de acuerdo al contexto que estamos viviendo en Chile”. Minutos antes, su ministra Camila Vallejo había definido el “contexto”: “El país ha cambiado, el Congreso es otro y hoy nos toca gobernar”.

No hay cambio de opinión, sino de “contexto”: hoy les toca gobernar.

Salvador Allende hablaba de “necesidad táctica” cuando explicaba por qué había firmado un Estatuto de Garantías que nunca estuvo dispuesto a respetar. Es decir, en el discípulo, al igual que su maestro, no hay viraje sino estrategia.

Hoy “habita” el Gobierno una coalición que ha validado la violencia como forma de acción política. Para el Partido Comunista ello es parte de sus definiciones históricas. Para algunos convencionales del Frente Amplio era un deber agradecer a violentistas por haber “parido” el proceso constituyente y, por ello, abogar por sus indultos. Y para un Boric diputado era de lo más normal reunirse en París con Palma Salamanca, terrorista prófugo, condenado por el crimen de Jaime Guzmán.

Junto con justificar la violencia, han denostado por años a Carabineros. “Pacos asesinos, el pueblo tiene todo el derecho a odiarles”, tuiteaba un actual ministro. “Puta, maraca, pero nunca paca”, entonaba una exministra. “La policía ha tratado a la población como un enemigo feroz al que se le puede gasear, golpear y disparar hasta volver a domesticarlo”, escribía una prominente ministra del equipo de gobierno.

El drama es que a Carabineros “les toca” ir hoy a buscar respaldo político a esa coalición. Los partidos que la conforman ¿los siguen considerando “asesinos”? Es una pregunta válida. Igualmente importante: ¿volverán a ser “asesinos” cuando ellos pierdan el poder y les “toque” a otros gobernar?

Quienes gobiernan se autodefinen como moralmente superiores. Por tanto, mientras estén en el poder será legítimo apoyar la acción policial para enfrentar la violencia, porque ellos son “los buenos”. Pero cuando gobiernen otros, nunca será válido el respaldo a Carabineros. Así ellos serán “asesinos” o “no asesinos” según sirva a su agenda política. Es decir, asesinos según el “contexto”.

Validar la violencia como forma de acción política no quiere decir que la usen siempre, sino solo cuando les sirve. Hoy aparentemente no funciona, pero mañana quizás sí. No es cambio de opinión, sino del porfiado “contexto”.

La última reflexión obligada del Presidente Boric fue posplebiscito y terminó en que “el pueblo iba demasiado lento”. En materia de herramientas para enfrentar la violencia la izquierda puso por escrito, en el texto de la Convención, su proyecto ideológico. Quieren a Carabineros transformada en una institución civil; con un general director susceptible de ser removido por mayorías políticas; a las FF.AA. con atribuciones solo en el ámbito externo; a los gobiernos sin poder recurrir al estado de emergencia; y como si fuera poco, dejando abierta la puerta para indultar delitos terroristas. Hasta nuevo aviso, ese es su proyecto en materia de seguridad e irán por él, quizás a menor velocidad.

Como dijo la ministra Vallejo, hoy les toca gobernar. Hoy no les toca atacar a Carabineros. Ni les toca, por un rato, promover la violencia. Tampoco les toca insistir en el texto de la Convención… por un tiempo.

Marcela Cubillos