Señor Director:

Cerca de las 5:00 del sábado 25 de febrero, regresé al país a través del Aeropuerto AMB. Al dirigirme a Extranjería, a cargo de la PDI (es decir, aún no habiendo hecho ingreso formal al territorio nacional), se me acercó un funcionario (presumiblemente del Minsal) para notificarme que había salido “elegido al azar” para hacerme un examen covid. Esto del azar fue un eufemismo, puesto que no giró una tómbola o corrió mi número de RUT entre varios otros pasajeros, pues simplemente yo me encontraba solo en el área.

En principio accedí a realizarme dicho examen, sin no antes hacerles ver que el ministerio me había extendido un par de semanas atrás una carnet, el cual certificaba que el mismo Minsal me había puesto mi quinta dosis de vacuna anticovid. La funcionaria dijo no importarle el hecho, puesto que esto era al azar.

Había seis auxiliares en sendos boxes conversando entre ellas y sin ningún “paciente” que atender. Una vez dentro del box me introdujo el hisopado con tal impericia que mi reacción fue instintiva. Hice intento de pararme e irme y la señorita se ofuscó y señaló que tendría que repetir el examen y en las dos fosas nasales. Mi indignación fue tal que decidí retirarme.

En virtud de mi rechazo me hicieron ver que me harían un “sumario administrativo”, que me dejarían retenido en mi casa por cinco días y que una funcionaria me fiscalizaría diariamente, además de aplicarme una multa.

Lo que sorprende es ver una enorme cantidad de funcionarios jóvenes haciendo procedimientos delicados y riesgosos en cualquier parte, mal gastando los recursos del Estado y de alguna manera contradiciéndose por esto del “carnet” covid. ¿Por qué el Estado, y particularmente este gobierno, les hace tan difícil la vida a los ciudadanos a través de casi todo el territorio nacional?

Sebastián Burr C.