Señor Director:

La mayoría de los jardines infantiles de nuestro país están de vacaciones. Es una oportunidad para seguir aprendiendo con la familia, aprovechando los espacios que el entorno nos ofrece para explorar y dejar así en los niños experiencias que serán la base para adquirir futuros aprendizajes.

El sistema educativo no puede avanzar sin los padres. Ellos son, no hay que olvidarlo, los primeros educadores de sus hijos.

Las vacaciones son un momento especial para “estar” y recordar que los niños aprenden de distintas formas: jugando y utilizando sus sentidos para conocer y vivenciar, entre otros aspectos. Pero la interacción y conversación con los padres y familiares son quizás las más enriquecedoras. Todos los estudios demuestran que los niños vulnerables escuchan, en promedio, durante sus primeros años de vida mucho menos palabras que aquellos que no lo son. Es evidente la diferencia en conversación e interacción.

En ese sentido es clave aprovechar este tiempo para potenciar en los niños esa curiosidad y capacidad de asombro con la que nacemos, pero cultivarla supone interactuar con ellos. Según Heike Freire, “una buena base sensorial y motora es fundamental para un sistema cognitivo sólido y armonioso”.

Durante este tiempo de vacaciones, las familias pueden hacer mucho para desarrollar esa base y con ello posibilitar que los aprendizajes no se detengan. Después de todo, la infancia sigue su curso y está en cada familia aprovechar este período para construir, junto a sus hijos, experiencias que impactarán en el desarrollo de cada niño, en su futuro y en la sociedad chilena que necesitamos.

Beatriz von Appen
José Manuel Jaramillo
Fundación Educacional Choshuenco