Señor Director:

El río Aconcagua ha sido intervenido por la Dirección General de Aguas debido a la sequía y su consiguiente escasez. Sorprendentemente, en su cuenca, como “medida de redistribución de aguas”, la DGA premia y beneficia a los que han aumentado sus derechos y hectáreas de riego por décadas. Sin embargo, castiga, dramáticamente, a los que no hemos crecido y hemos cuidado el recurso en vista de la prolongada sequía que nos afecta.

Para la autoridad, el agua de la cabecera, o del comienzo, es la única que se debe usar para repartir todos los derechos del Aconcagua, de cordillera a mar, habiendo otras cuatro importantes fuentes que no se quieren medir ni sumar en la disponibilidad total, que el organismo técnico debería considerar.

¿Estas son medidas justas de solución o son premios a la sobreexplotación de cerros y sobreotorgamiento de derechos de aprovechamientos que ha hecho el Estado de Chile?

Avancemos, urgentemente, en transparentar y considerar todas las fuentes de la cuenca con las que se otorgó la totalidad de los derechos de las secciones del río Aconcagua, para así lograr medidas justas y equitativas. De lo contrario, veremos rápidamente cómo este verano se seca la agricultura familiar campesina y la fruticultura de Los Andes y San Felipe, mientras la DGA transforma los cerros de paltos en verdaderos vergeles.

Luis Rodríguez
Vicente Urbina
Agricultores de la comuna de Calle Larga
Primera sección del río Aconcagua