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Cartas
Viernes 09 de diciembre de 2022
Dios salve al Reino Unido
Señor Director:
Nos unimos a tantas cartas que en estos últimos días nos invitan a reflexionar acerca del equivocado camino que estamos siguiendo como sociedad a propósito de que se ha aprobado en el Reino Unido el aborto para personas con síndrome de Down hasta la fecha de su nacimiento. Nos parece una noticia terrible no solo por la crueldad de poder abortar al noveno mes de embarazo, sino también por la injusta discriminación hacia este grupo de hermanos que tiene una capacidad única y mágica de entregar mucho amor y cariño al mundo. Es muy preocupante que entremos en una sociedad de muerte y de descarte. ¿Quiénes vendrán después: los enfermos, los adultos mayores, los que ya no producen y no aportan al PIB…?
Nosotros en los Pequeños Cottolengos, al igual que muchas otras fundaciones que acogen a personas con discapacidad intelectual, no solo creemos en el valor de la vida, sino que además vemos el tremendo aporte que hacen las personas con discapacidad intelectual a esta sociedad cada vez más materialista, acelerada, desconectada, inhumana, deprimida y triste. Estas personas especiales tienen una capacidad única de humanizarnos al entregar alegría a los demás de una forma gratuita y sin condiciones, y nos enseñan a ser mucho más agradecidos con todas las bendiciones y abundancia que recibimos todos los días, y que por lo aceleradas que son nuestras vidas, generalmente no vemos.
Yo egresé de un colegio que tiene raíces británicas, donde me transmitieron valores humanos, colectivos e inclusivos, y recuerdo que junto con cantar el himno nacional siempre a continuación se entonaba el himno británico “Dios salve a la Reina”. Es paradójico que en lo esencial del himno pidan la intervención de Dios para salvar a su máximo líder y no se preocupen de proteger a los más vulnerables. ¡Dios salve al Reino Unido!
No dejemos que esta horrible crueldad con los más frágiles llegue a nuestro país, y mantengamos la esperanza de que podemos formar una sociedad más integrada, humana, amorosa y fraterna.
Cristián Glenz Abogabir
Pequeño Cottolengo