Señor Director:

Como padre de un hijo de 24 años con síndrome de Down, me resulta inhumana y aberrante la decisión de la Corte de Apelaciones del Reino Unido, adoptada días atrás, que permite el aborto hasta el día anterior al nacimiento de una persona con síndrome de Down.

Nuestro hijo ha dado a nuestra familia muchos momentos felices y nos ha entregado la oportunidad de una perspectiva totalmente distinta en relación con la diversidad. Nos ha permitido también poder entender, aceptar y acoger a personas con discapacidades y necesidades especiales.

Esto probablemente no hubiese sido posible si no hubiésemos tenido como familia la posibilidad de vivir en un entorno diverso y convivir con personas diferentes.

Nuestra experiencia ha sido la de encontrarnos con personas que tienen una bondad innata, que dan mucho amor y que nos enseñan a ver la vida con otros ojos y que nos han dejado enseñanzas y vivencias que de otra forma jamás hubiésemos podido vivir.

Lo más terrible es cómo se va relativizando la vida. ¿Qué argumentos podrán esgrimirse en un mundo tan cruel, en que el día de mañana también se autorice la muerte de personas con discapacidad, tales como el síndrome de Down, después de su nacimiento?

Jaime Carey Tagle