Señor Director:

La “reflexión” o renuncia de gobernadores al Partido Demócrata Cristiano permite observar que, como se dijo antes de su elección, si bien es un cargo electo, al coexistir con un “delegado presidencial” se sitúa cercano a la irrelevancia en materia de políticas públicas, sin contribuir a la desconcentración respecto de Santiago.

Si el delegado mantiene las facultades actuales, que están en prácticamente todos los temas prioritarios para la población (seguridad, salud, vivienda, inversiones), y otros se sitúan en órbitas municipales o nacionales (pensiones, subsidios, empleos, clasificaciones socioeconómicas), los gobernadores seguirán tratando de participar con voz, pero sin derecho a voto, en esos temas.

Ojalá se llegue a un mejor modelo de gobierno regional. Que el actual sea reciente no es buen argumento para seguir con un esquema deficiente.

Hugo Lavados Montes
Profesor de Economía