Señor Director:

La comisión de Medio ambiente de la Convención Constitucional ha propuesto avanzar en soberanía alimentaria. A diferencia de la “seguridad alimentaria”, promovida por las Naciones Unidas como Objetivo de Desarrollo Sostenible, reconociendo siempre el rol irreemplazable que tiene el comercio en la alimentación de la población, la “soberanía alimentaria” es una visión política que asume que la amenaza no es el hambre, sino que el origen de los alimentos.

Sin duda, la producción local es importante, pero lo propuesto podría privar a las personas de poder decidir sus preferencias alimentarias, por una parte, y asumir riesgos y sembrar, producir o comercializar alimentos, según las señales de las preferencias de las personas y la escasez relativa, por otra. Esto, desconociendo los límites naturales a la producción nacional, y el papel insustituible que juegan los millones de trabajadores del sistema alimentario mundial —ya sea como productores, procesadores o comercializadores de alimentos— en proveer a miles de familias comida inocua y suficiente. Ellos ya han permitido, a pesar de que se duplicó la población mundial, disminuir de 15% a 9% la proporción de personas que sufren de inseguridad alimentaria entre 1970 y 2020, a la par de una baja de los precios reales de los alimentos —antes de las disrupciones logísticas y de la guerra de Ucrania.

Así, implementar la “soberanía alimentaria” no sería para nada inocuo, sobre todo considerando que prepandemia la inseguridad alimentaria afectaba a uno de cada cinco chilenos, y especialmente a los de menores ingresos, cifra que ha empeorado. Es de esperar que los convencionales constituyentes tengan a la vista la evidencia, y que sus decisiones contribuyan a seguir erradicando el hambre en Chile.

Catalina Mertz
Presidenta Supermercados de Chile A.G.