En el Monumental querían olvidar la pesadilla del domingo ante Unión Española, enfocarse nada más que en el juego con Deportes Antofagasta y esperar el milagro de Everton frente a Universidad Católica. En eso estaban cuando se enteraron de otro mazazo provocado por el covid-19: uno de los jugadores más regulares e importantes de la campaña arrojó positivo en los análisis médicos.

En Blanco y Negro (ByN) siguen sin encontrar explicación al último brote detectado en Pedrero: esto, porque el infectado de ayer se suma a los cinco de la semana que recién terminó, inconveniente que dejará a Gustavo Quinteros sin seis de sus soldados para la batalla en el Calvo y Bascuñán. “No sabemos qué pensar… Parece que en el camarín nadie lidera a los jugadores. Pero alguien debió hacer cumplir y respetar las reglas, aunque se enojen”, confidenciaron en la concesionaria. Por el lado de los jugadores, Gabriel Suazo declaró que se están cumpliendo “todos los protocolos, estamos en una burbuja y compartimos lo mínimo entre nosotros… El virus está presente, lo puede traer mi madre, mi padre o mis hermanos. Lo mismo puede pasar en la vida de los jugadores”.

Desde que empezó la temporada, Colo Colo registra 17 jugadores contagiados por coronavirus. Es decir, el grueso del plantel profesional ha estado infectado al menos una vez en 2021. A eso, hay que sumar a tres miembros del cuerpo técnico. Ningún otro equipo del fútbol chileno ha tenido tantos positivos.

En el caso del Cacique, la pandemia y sus consecuencias deportivas actuaron como un búmeran. Para entender, por ejemplo, por qué debió jugar con juveniles ante Ñublense y Audax Italiano, hay que remontarse a septiembre del año pasado. Esa vez, el Cacique hizo todo lo posible para suspender el partido con Deportes Antofagasta, solo porque el plantel llevaba dos días en cuarentena debido a un covid-19 positivo que afectó a la dirigencia.

Y finalmente lo logró.

Para no ser menos, Unión La Calera pidió no jugar ante O'Higgins y Cobresal, amparándose en el mismo motivo: el virus del covid-19 había llegado al equipo cementero. A la ANFP no le quedó más camino que cancelar.

Sin embargo, el 2 de marzo de este año —y justamente para evitar casos como el de Colo Colo—, el Consejo de Presidentes de la ANFP acordó que no habría suspensiones por casos positivos. “Según las bases de los torneos, el mínimo de jugadores en cancha para disputar un encuentro son 7”, escribió. Y a Colo Colo, entonces, le correspondió saltar a la cancha con lo que había a mano.

Si ante Ñublense actuaron suplentes, fue porque el plantel entró en cuarentena debido a que no respetó los protocolos después del triunfo sobre Universidad de Chile: la Seremi vio imágenes y videos de jugadores comiendo torta del suelo y celebrando sin mascarilla. Eso, además de registrar un caso de coronavirus.

Frente a Audax Italiano, el equipo entró en confinamiento, porque se registró un brote de siete contagiados. Uno, según la Comisión Médica de la ANFP, correspondió a la variante Delta. Los protocolos de esos días indicaban que en tal escenario lo correspondiente era la cuarentena: la hizo Colo Colo y también los 12 jugadores de la UC que solo días antes habían coincidido con el infectado en la cancha del Monumental.

¿Por qué Colo Colo jugó con juveniles ante Audax y la UC con titulares ante O'Higgins en la fecha siguiente? Nada más que por una cuestión aleatoria: los albos fueron programados para el jueves y los cruzados, para el domingo. Y la cuarentena duraba siete días.

A los días, la Comisión Médica entendió que compartir cancha no implicaba cuarentena. Por eso, los jugadores de Audax Italiano que se midieron con los albos en El Teniente no entraron en aislamiento pese a toparse con otro caso de covid-19.

“Esta cuestión no es magia, no te puedo mandar el virus por telepatía”, dice Gabriel Cavada, epidemiólogo de la Universidad de Chile. Y agrega: “Es probable que cumplan los protocolos, pero alguien rompió la burbuja. Tendrían que hacer una investigación epidemiológica, y te aseguro que alguno fue a alguna parte, fuera del estadio, y rompió la trazabilidad. No hay otra razón. En el fondo, el problema es que el causante del contagio o de la conducta de riesgo no habló, no dijo nada. El virus no llega y se instala en el camarín. Estamos hablando de la variante Delta, y aun estando todos vacunados tienen un 30% o 40% de posibilidades de contagiarse. Como es Delta y son jóvenes, probablemente es enfermedad asintomática, entonces no se dio cuenta de que estaba contagiado y contagió al resto. Cada vez es más difícil mantener la burbuja, porque no hay síntomas. Y si no hay síntomas, pasas por sano”.

—¿Tienen alguna responsabilidad los médicos del club o es de la idea que no corresponde que cada jugador tenga un guardia día y noche?

“El pobre doctor, aparte de explicar cómo es la transmisión y pedir instancias de cuidado, ¿qué más puede hacer? Es como prevenir el VIH y regalar preservativos. ¿Hasta dónde llega tu capacidad de vigilancia para saber si los usan? Si no hay conciencia de autocuidado, están perdidos”.

El tema también llegó a los históricos de Colo Colo. Los primeros sindicados, advierten, son los futbolistas. Pero también apuntan a los dirigentes.

“El equipo venía jugando mal, hace cuatro partidos que lo venía haciendo pésimo. Y más encima apareció el tema del covid-19. Estoy por creer que se estacionó en el Monumental. Es demasiado. Acá hay una gran responsabilidad de los jugadores; ahora vienen a decir que son papás, tíos, primos, que el covid-19 está en todos lados. Ellos debieron saber desde el minuto uno cómo enfrentarse a esta pandemia, sobre todo ellos, porque trabajan con el físico”, sostiene Leonardo Véliz, integrante del mítico equipo de Colo Colo 73.

“Acá hay irresponsabilidad del presidente Edmundo Valladares, quien se dejó llevar muy fácil por la ANFP. Le ha faltado peso para imponerse como dirigente y también ante el plantel, porque si se siguen repitiendo casos de coronavirus, es que algo se está haciendo mal”, apunta Leonel Herrera.

“Valladares está pagando el noviciado como presidente del club”, acota Severino Vasconcelos.