Señor Director:

Me temo que el pronunciamiento político tan categórico del dueño de Canal 13, Andrónico Luksic, rechazando las posturas del candidato Gabriel Boric, puede afectar gravemente la percepción pública respecto de la necesaria ecuanimidad e independencia que debiera tener el trabajo periodístico de ese medio de comunicación en sus distintas plataformas.

Aunque rara vez uno lee declaraciones o reacciones de los sindicatos o de quienes laboran en Canal 13 —relacionadas con temas de censura, autocensura, influencias indebidas de los poderes políticos, empresariales o religiosos en la conducción editorial del canal que alguna vez fue católico—, convendría, para el bien de la libertad de expresión, saber qué piensan ellos de estas declaraciones que pueden afectar la credibilidad de ese medio.

El pluralismo democrático —vigente en la televisión chilena con todas las insuficiencias que puedan haber existido— podría verse afectado si quienes trabajamos en los medios no defendemos su autonomía informativa y editorial.

Es cierto que parte menor de la televisión chilena está en manos del Estado y parte mayor en el sector privado, pero en los más de treinta años de democracia se ha ido construyendo una deontología inédita en América Latina, una televisión cada vez menos polarizada por las convicciones de sus dueños o administradores. Muchos no lo reconocen, pero creo que este ha sido un logro y un patrimonio del país. No ha sido fácil y seguramente hay mucho paño que cortar, pero hipotecar la autonomía editorial del Canal 13 sería un grave error.

Santiago Pavlovic Urionabarrenechea