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Cartas
Martes 23 de noviembre de 2021
Decisión de un ex-DC
Señor Director:
Cuando salí de mi hogar paterno en Lota para estudiar Derecho en la U. Católica de Valparaíso, traía en mi retina las diferencias sociales en que había transcurrido mi infancia y parte de mi juventud en ese mineral. De allí que, tomando como base mi fe, inicié la búsqueda de una respuesta a esas diferencias sociales, empezando por el estudio de documentos como las encíclicas Rerum novarum y Quadragesimo anno, y continuando con la lectura de pensadores como Jacques Maritain.
Una vez terminados mis estudios universitarios, ingresé por concurso público a la Secretaría del Senado, donde tuve la oportunidad de conocer y trabajar de cerca con senadores como Frei, Tomic, Reyes Vicuña, Aylwin, Musalem y tantos otros. Todo lo anterior me llevó a ingresar al Partido Demócrata Cristiano en 1972, al que renuncié hace cuatro años. Después de ello la directiva del momento decidió expulsarme. Lo anterior no fue obstáculo para continuar modestamente colaborando para que por la vía del diálogo, la comprensión y la seriedad política se pudieran aminorar las diferencias sociales existentes y seguir el camino ya emprendido de la doctrina del humanismo cristiano.
Nunca ha estado en mi mente para conseguir el objetivo de mayor justicia social intentar producir el enfrentamiento entre chilenos. De allí que siempre he estado alejado de doctrinas como el marxismo-leninismo, que predica la lucha de clases. Lo anterior se debe a que el elemento que en política hace la diferencia específica entre los conceptos lucha y no igualdad de clases es el odio, y ese sentimiento no tiene cabida en mi persona.
De allí que ante la disyuntiva en que me han puesto mis compatriotas, en el sentido de elegir en la segunda vuelta presidencial entre José Antonio Kast y Gabriel Boric, votaré por José Antonio Kast. Boric presenta un programa anárquico y poco asertivo ante la dura realidad en que se encuentra Chile. Pero lo que es determinante para mí es que el eje de su gobierno sería el Partido Comunista, quizás el más marxista-leninista grupo político de la izquierda mundial. Para ellos pareciera que el Muro de Berlín aún está allí y su mentalidad histórica de sembrar el odio entre chilenos continúa igual que hace más de 60 años. No deseo para mis hijos y nietos un porvenir que políticamente posea como base fundacional el odio entre nosotros.
Esta es una decisión absolutamente personal y no representa a nadie más.
Demetrio Infante Figueroa