Señor Director:

Es una verdadera lástima el ocaso que está viviendo nuestra República de Chile. Después de haber sido el “Delfín” de Latinoamérica por décadas y ser ejemplo de superación de pobreza, creación de empleo, apertura internacional, mejoras en infraestructura y muchas otras cualidades que nos hacían sentir orgullosos de todo el progreso logrado, hoy lo vemos con nostalgia. Muchas cosas hay y había que mejorar, de eso no hay duda alguna, pero éramos un país en vías de desarrollo, caminando hacia su norte y progresando con el esfuerzo y trabajo de toda la nación.

Hoy, con un admirable trabajo ideológico de la izquierda, una derecha indisciplinada y sin convicciones, un centro inexistente y políticos ebrios de populismo, nuestro país, sus instituciones y todos los chilenos vemos cómo nuestra patria camina lentamente hacia el ocaso, sin rumbo y sin nadie que pueda detener esta verdadera borrachera que nos dará una gran y tremenda resaca.

Con una inflación al alza, un mercado asustado y con los inversionistas en franca retirada, sumado a una espiral delictual en las grandes ciudades y ya de guerrilla en la zona sur del país, el pronóstico no es más que desolador para los próximos meses.

Ojalá vuelvan algún día los tiempos que tuvimos, cuando los grandes acuerdos eran la tónica de nuestra política, donde los legisladores eran servidores de la patria y donde siempre se buscaba el bien de Chile en su conjunto, en conversación entre lo político y lo técnico.

Maximiliano Urenda Ossa