Señor Director:

Este domingo, Álvaro Díaz critica mi columna en la que afirmo que el programa de Boric nos llevaría al estancamiento.

Señala, en primer lugar, que mis críticas serían también válidas para el programa de Yasna Provoste. No es efectivo. Basta leer ambos programas.

Luego dice que yo no reconozco que el ritmo de desarrollo y sus consecuencias sociales se han deteriorado en los últimos años. La verdad es que lo mencioné en la columna y lo he reiterado en varias cartas y entrevistas.

Por último, afirma que yo quiero volver a las mismas políticas de los noventa. Tampoco es efectivo. He sido explícito en que para tener éxito en las políticas públicas es clave tomar debida consideración de la naturaleza del punto de partida; 2021 no es 1990. Tanto los problemas como sus posibles soluciones no son los mismos.

Pero lo que no ha cambiado es la necesidad de invertir para crear buenos empleos y permitir que aumenten los salarios. Tampoco ha cambiado la necesidad de crecer para contar con los recursos públicos indispensables para mejores pensiones, salud, educación y para enfrentar con más eficacia la delincuencia y el narcotráfico. El crecimiento no es una condición suficiente, dado que hay que considerar muchas otras políticas. Pero sí una condición necesaria. No se ha sabido de ningún país que haya respondido adecuadamente a las necesidades básicas de las personas sin cruzar el umbral del desarrollo.

De allí la importancia de evitar que nuestra economía transite desde el desarrollo mediocre, en que estamos desde hace años, hacia el estancamiento.

René Cortázar