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Cartas
Viernes 03 de septiembre de 2021
No agreguemos una emergencia más
Señor Director:
Estamos rodeados de emergencias: de contaminación ambiental en ciudades, emergencia hídrica, ni qué hablar de la emergencia sanitaria, energética, etcétera.
Es una lástima que estemos por agregar una más: la emergencia luminosa. En efecto, la contaminación lumínica dista mucho de ser un problema solo para la astronomía, sino que representa una amenaza para la salud humana, para la flora y la fauna, y para el turismo. La contaminación lumínica es responsable de inhibir la producción de melatonina en el ser humano, con las consiguientes alteraciones del ciclo circadiano (día-noche); del efecto dañino en la vida de aves y animales nocturnos, por la desorientación que produce en ellos; de afectar la polinización por el daño en insectos, y muchos más.
Así como se pueden (y deben) atacar las emergencias generando círculos virtuosos (vacunas, energías limpias, hidrógeno verde, etcétera), se puede contener eficientemente la contaminación lumínica. No se trata de oscurecer el país, se trata de iluminar bien, cosa perfectamente posible en todos los niveles.
Varias agencias gubernamentales y ministerios están conscientes del problema y se están tomando medidas, cosa que no solo los astrónomos agradecemos, sino que todos deberíamos hacer y fomentar.
Es una pena no poder mostrarle la Vía Láctea a nuestros niños y mayor pena será tener que contarles de especies que desaparecieron, y que no sabemos si hay vida extraterrestre porque echamos a perder nuestro maravilloso laboratorio natural que es el cielo nocturno.
Miguel Roth
Vicepresidente para Chile del Telescopio Magallanes Gigante