Acaba de publicarse el informe de acumulación de nieve que realiza todos los años el Coordinador Eléctrico Nacional, el cual, sumado a la actual estrechez del sistema eléctrico, pone una luz roja de advertencia para garantizar el suministro eléctrico seguro hasta al menos el mes de abril del próximo año (en el que se inicia un nuevo “ciclo hidrológico” para efectos de generación eléctrica).
Estamos transitando por un proceso de transformación energética positivo, con fuentes limpias y recursos propios, que nos permiten mirar el futuro con mucho optimismo. Sin embargo, esta transición será realizada en un par de décadas, por lo que los desafíos tienen que ver con cómo enfrentamos una matriz eléctrica con menor disponibilidad de agua (los expertos hablan de un 20% menos de agua solo en esta década), con una reducción de la generación a carbón y la incorporación masiva de fuentes renovables como el sol y el viento, cuyo aporte variable (en el día y estaciones del año) es necesario gestionar.
Probablemente esto obligará a adaptar nuestros mercados y sus regulaciones, por lo que las políticas públicas y una correcta regulación se transforman en elementos clave para que nuestra transición sea segura, eficiente y cumpla con los objetivos ambientales que nos hemos propuesto como país. En el corto plazo, junto con la necesaria coordinación que se requiere entre el sector público y privado para evitar una eventual crisis, la autoridad debiese evaluar un decreto preventivo de racionamiento, especialmente si proyectamos que la severa sequía que enfrentamos puede extenderse en los siguientes meses, o incluso años. Este decreto nos permitiría administrar de modo conservador el escaso recurso hídrico que tenemos, junto con la posibilidad de modificar transitoriamente algunas normas de operación que nos permitan transferir más energía solar y eólica desde el norte hacia la zona centro sur.
Para el mediano plazo, la reestructuración de nuestros mercados de energía, potencia y servicios complementarios aparece como una prioridad, especialmente porque debemos asegurar que en esta década contaremos con la energía necesaria para realizar la transición energética, sin poner en riesgo la seguridad del suministro ni aumentar los precios de la electricidad. Por ello, proyectos de ley como el que pretende cerrar todas las centrales a carbón al año 2025 deben evaluarse con responsabilidad y respaldo técnico, ya que no existe a la fecha ningún estudio que avale que dicha medida puede ser efectivamente asumida por el sistema, sin poner en riesgo la seguridad de la operación, sino más bien afectándola negativamente.
De la misma manera, las modificaciones que el Ministerio de Energía y la Comisión Nacional de Energía han presentado en relación con las regulaciones de los mercados de potencia y gas debiesen ser nuevamente evaluadas por la autoridad, o al menos proyectar su aplicación una vez esté adaptado el sistema eléctrico al proceso de descarbonización en curso, ya que los diagnósticos y el contexto sobre los que se han planteado son ahora, al menos, discutibles.
En efecto, se ha planteado que deben cambiarse las señales de precio en el mercado de potencia debido a una eventual sobreinstalación de centrales que utilizan diésel, lo que pareciera no corresponder al escenario que se presenta en esta coyuntura; de la misma manera, deben evitarse regulaciones que burocraticen la adquisición de gas natural, ya que contar con este combustible aparece no solo como una necesidad del sistema, sino que como un verdadero seguro para el suministro eléctrico de los chilenos.
Confiamos en que esta luz de advertencia que nos entrega el informe de acumulación de nieve del Coordinador permita poner una pausa y reformular las modificaciones regulatorias al mercado eléctrico actualmente en discusión, consensuar el diagnóstico y poner el foco en la solución correcta, de manera que todos los cambios regulatorios se hagan, en esta y en la próxima administración, mirando el problema en su conjunto y con un tratamiento eficiente para no afectar los costos de la electricidad. La prudencia en este escenario es esencial para que podamos ofrecerles a los chilenos y chilenas un abastecimiento eléctrico seguro, económico y limpio.
Sebastián Bernstein
María Isabel González
Rodrigo Iglesias
Andrés RomeroEx secretarios Ejec. Comisión Nac. de Energía
Andrés Salgado
Ex Director Ejecutivo CDEC SIC
Daniel Salazar
Ex Director Ejecutivo CDEC SIC y SEN