VÍCTOR FUENTES BESOAÍN

En un hecho que marcó diferencias con los 286 atentados contra faenas forestales que lo precedieron —incluido el que se registró el 9 de julio en el mismo lugar—, el ataque del martes al predio Santa Ana, en Carahue, zona costera de La Araucanía, no terminó con vehículos o maquinarias quemadas que se sumaran a los 1.008 destruidos en los últimos ocho años. En lugar de ello, se focalizó en las personas, pues fueron baleados y sufrieron lesiones de gravedad dos carabineros y un trabajador que conducía una camioneta que prestaba servicios en las faenas.

Uno de los funcionarios policiales fue trasladado a Santiago, para tratar una grave lesión ocular, y el otro se mantiene internado en Temuco, con riesgo de perder una de sus extremidades.

El trabajador, en tanto, sigue grave, debido a un proyectil que habría ingresado por una zona axilar y no a la altura de su cabeza, como se informó preliminarmente.

Fuentes ligadas a la investigación confirmaron que los funcionarios policiales afectados por el ataque no son aquellos que se enfrentaron el 9 de julio a miembros de la Coordinadora Arauco Malleco (CAM) en el mismo predio, hecho en el que falleció Pablo Marchant, uno de los integrantes de la organización. Por tanto, “la acción de violencia extrema y selectiva”, como la definió el martes el ministro del Interior, Rodrigo Delgado, correspondería, según quienes realizan indagatorias, “a un ataque hacia la institución y no respecto de funcionarios en particular”.

Frente a este caso, que la Fiscalía de Alta Complejidad indaga como homicidios frustrados, el Ministerio del Interior se querelló “contra todos quienes resulten responsables” por los delitos de homicidio simple en contra del trabajador y por dos homicidios a carabineros en servicio, todos en calidad de frustrados.

En parte del escrito se explica que en el lugar del ataque se llevaba a cabo por personal de Carabineros “una medida de protección decretada por el Ministerio Público, consistente en un punto fijo permanente”.

Desde la Asociación de Contratistas Forestales, su gerente, René Muñoz, confirmó que “no tenemos registros de un ataque a faenas de bosques que esté exclusivamente focalizado en las personas y en que no se hayan generado daños a los equipos”. Advirtió que “lo ocurrido tiene rasgos de intento de homicidio contra carabineros y hacia un prestador de servicios externo, no ligado a la obra, con el objeto de disminuir la acción policial a su mínima expresión”.

Sobre el estado de salud de los heridos, desde Carabineros detallaron que “el cabo primero Patricio Aravena fue operado el martes y está luchando por no perder su brazo” y que “el cabo segundo Enrique Riquelme se mantiene bajo exámenes y evaluación de especialistas en el Hospital de Carabineros, hasta donde fue traslado por las lesiones en su rostro y ojo izquierdo”.

En cuanto al conductor herido, desde Acoforag dijeron que “se mantiene de gravedad, pero fuera de riesgo vital”.

Visita a Temuco

Tal como el martes visitó en Santiago al cabo segundo Riquelme, internado en el hospital institucional, el general director de Carabineros, general Ricardo Yáñez, viajó ayer hasta Temuco para conversar con el cabo primero Aravena, intervenido en el Hospital Regional de La Araucanía.

Respecto del estado del cabo Aravena, Yáñez informó que “está lúcido, pero tiene una lesión importante, compleja, y las próximas horas son claves para su situación clínica”.

En ese contexto, expuso que “ya no podemos seguir tolerando este tipo de violencia, no podemos seguir matando gente ni agrediéndonos entre personas”.

Yáñez argumentó que “la policía y los órganos del Estado están para llevar tranquilidad y paz social, y todas las personas tienen que regirse por las normas de convivencia que nos corresponden a todos los habitantes del país”. Añadió que “aunque hay culturas diferentes, aquí no hay territorios distintos”.