Señor Director:

El pueblo cubano salió a manifestarse este domingo en las calles de San Antonio de los Baños para protestar contra el régimen comunista de Miguel Díaz-Canel, lo que espontáneamente se propagó a las principales ciudades de la isla. Las manifestaciones son una reacción a la crisis política, económica y social que hace décadas ha tenido que soportar el pueblo cubano. Las principales demandas de las protestas son: “libertad”, “no más miseria”, “queremos vacunas”, “abajo el comunismo” y “libertad y vida”, que se escucharon en San Antonio de los Baños y comenzaron a repetirse en Palma Soriano, Holguín, Güines, Santiago de Cuba, Batabanó, hasta llegar al propio Malecón y calles de La Habana.

Esta movilización social tomó por sorpresa a todos, a las autoridades y a las organizaciones cubanas disidentes. Nadie la convocó, nadie la está liderando. Es una reacción genuina, espontánea, auténticamente popular. Sin embargo, el régimen cubano, en vez de atender las legítimas demandas, ha salido a demonizarlas: acusó un plan imperialista —argumento demasiado manido— y ordenó la represión de las manifestaciones por fuerzas regulares y por grupos afines. Mala decisión de Díaz-Canel, porque es la valentía, la pérdida del miedo a un sistema de partido único —el Partido Comunista— que ha sido ineficiente y poco creíble para atender las demandas de su pueblo, sobre la base de coartar la libertad de los cubanos.

Es importante que la comunidad internacional advierta —ya lo ha hecho la CIDH y otros organismos— que la represión y la violación a los derechos humanos no son la salida para resolver las necesidades de los cubanos y que la crisis social, económica y política de la isla deben resolverse en un marco de libertad y democracia.

En estas movilizaciones ha quedado de manifiesto que Raúl Castro tenía razón cuando en el último congreso del Partido Comunista se pronunció virulentamente en contra de las redes sociales. Sabía que el acceso de los cubanos a la información era un enemigo muy potente para el régimen y así ha quedado demostrado.

Hoy es un deber moral solidarizar con esta demanda por derechos humanos fundamentales que partió en San Antonio de los Baños, mismo lugar donde nació Silvio Rodríguez y que puede significar el nacimiento de un nuevo canto de protesta para los nuevos cambios que Cuba exige y merece.

Germán Guerrero Pavez
Exembajador de Chile en Cuba