En una jornada histórica, este 4 de julio, Elisa Loncón es investida presidenta de la Convención Constitucional.
Que una mujer mapuche presida la Convención Constitucional es una buena noticia para Chile. Es el resultado de un proceso de cambio social y político que se da en un contexto democrático y muestra de la madurez de nuestra sociedad para mirar su historia y desde ahí construir el futuro. A pesar de los temores de diversos sectores, recelosos de la posibilidad de renovar el pacto político y social de Chile mediante un proceso constituyente democrático y participativo, se instaló un órgano constituyente que surge de las demandas de cambio de la sociedad, de un acuerdo político amplio de los partidos políticos que tienen representación en el Congreso y de la voluntad ciudadana expresada en las urnas.
La elección de la Convención se ha dado en un marco institucional de innovación democrática. Luego de aprobada la reforma al Capítulo XV de la Constitución en diciembre de 2019, y que diseñó el camino de cambio constitucional, el Congreso aprobó una ley de paridad, la posibilidad de que independientes y partidos políticos presentaran candidaturas a la Convención, y 17 escaños reservados para pueblos originarios. Como resultado, de los 155 convencionales, 77 son mujeres y 78 hombres, 17 de los 155 son representantes de los 10 pueblos originarios de Chile, y no existe ningún grupo social o político con mayoría, por lo que el diálogo será el camino para la construcción de acuerdos. Así fue como hoy, luego de dos rondas de votación, se eligió a Elisa Loncón como presidenta, y luego de tres vueltas de votación a Jaime Bassa como vicepresidente.
El discurso inaugural de Elisa Loncón sobresalió por su estatura, sentido histórico y proyección de futuro. Un discurso plurilingüe y que incluye a todos los sectores de la sociedad en su saludo. Pone énfasis en el pluralismo, la democracia y la participación. Un discurso que reconoce la historia, que visibiliza a quienes han sido excluidos y que propone una nueva relación social que nos incluya a todos. En tiempos de crisis de legitimidad y confianza, la posibilidad de fortalecer la democracia mediante la inclusión de nuevos actores es una oportunidad que debe comprometer no solo a convencionales, sino a toda la sociedad.
La instalación de la Convención Constitucional no estuvo exenta de interrupciones, con un receso inicial por solicitud de algunos convencionales, dadas las manifestaciones en calles aledañas al Congreso Nacional, disturbios en otros sectores de la ciudad y el actuar policial. El rol de Carmen Gloria Valladares, secretaria relatora del Tribunal Calificador de Elecciones, fue reconocido por los convencionales, por conducir este proceso y dejar instalada la Convención Constitucional con presidenta electa, tal como fue establecido en nuestra actual institucionalidad.
Chile comienza un camino que tendrá avances y dificultades, como todo proceso de construcción política y social. Un nuevo ciclo democrático, con la expectativa de una sociedad más inclusiva y sin discriminaciones. Elisa Loncón representa esa esperanza.
Pamela Figueroa Rubio