Señor Director:

El Gobierno ha rechazado “enérgicamente” el ataque sufrido por el Presidente de Colombia, quien volaba en helicóptero desde Bogotá a Cúcuta. Sin dudas, un ataque repudiable. Pero bueno sería que nuestras autoridades de gobierno, en lugar de seguir declamando lo “políticamente correcto” desde la tribuna y lamentar lo que fue sin dudas un susto para el Presidente de Colombia, se atrevieran de una buena vez, no solo a sobrevolar La Araucanía —región que el Gobierno de Chile tiene abandonada al menos desde los 90—, sino que además se decidieran a tomar medidas drásticas y profundas, para que los habitantes de la misma Araucanía puedan vivir y trabajar en paz y no encerrarse en sus casas para intentar evitar sufrir ataques salvajes y diarios, como el que sufrió el Presidente Iván Duque, de Colombia.

Al paso que vamos, poco falta para que en las clases de ciencias políticas de las universidades del primer mundo, no solo se hable de la guerrilla colombiana, sino que además se comience a estudiar el fenómeno de “la guerrilla chilena que dividió al territorio de la República de Chile, país pobre de Latinoamérica, que muy poco antes de alcanzar las puertas del pleno desarrollo, gracias a su esfuerzo y sacrificio y a políticas públicas serias y constantes iniciadas en plena Guerra Fría, decidió libremente, en una fiebre de populismo y demagogia, volver a sentarse atrás en la fila”.

Cristóbal Porzio Honorato
Abogado