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Cartas
Jueves 17 de junio de 2021
¡Yo acuso!
Señor Director:
Yo acuso a todos los que teniendo el acceso en su calidad de personalidades políticas o periodistas, no hayan levantado la voz para decir “yo acuso”; para hacer ver que se ha logrado mantener fuera de la postulación presidencial a Marco Enríquez-Ominami con maniobras judiciales y numerosas desigualdades ante la ley, durante ocho años.
En estas mismas páginas, el 29 de mayo pasado don Juan Francisco Cruz Salas, del Observatorio Judicial, sostiene que las personas privadas de libertad por el estallido no son presos políticos, dado que un juicio penal dura alrededor de dos años y todavía quedan algunos meses para que se cumpla dicho plazo. ¿Por qué juzgar al excandidato requiere ocho años, y hasta 10 como se pretende?
Desde el lunes 14 de junio se desarrolla, por fin, el juicio por la objeción de cinco boletas del Servel que se llama erróneamente OAS (avión usado en la campaña), causa que fue sobreseída por falta de pruebas tras años de investigación y viajes a Brasil de la fiscal Chong, y diversas filtraciones del sumario bajo su responsabilidad que no merecieron ni siquiera una amonestación. En el juicio de estos días se acusa al excandidato de fraude de subvención por cinco boletas que no habrían correspondido al trabajo mencionado. Dos de ellas corresponden a los más cercanos colaboradores del candidato que figuran en una infinidad de fotos y son ampliamente conocidos por su entorno, en particular el señor Ortiz, encargado de gestionar las entrevistas. ¿No tuvo tiempo la fiscal de investigar algo tan elemental? ¿No recuerdan los periodistas a esta persona?
No hay espacio para señalar numerosos otros aspectos inquietantes en esta exclusión “por secretaría” de un político notable y, quizás por eso, temible. Supongo que nadie se levanta contra esta injusticia porque no sabe, simplemente. Por eso invito a mis colegas periodistas a preguntarse, investigar y relacionar los hechos.
Advierto que consideraré un grave acto contra una mujer que se diga que hablo como “madre”, porque también soy ciudadana, relativamente inteligente, y me duele la señal que se da al país con el silencio en torno a esta utilización de la justicia para propósitos políticos.
Manuela Gumucio
Periodista