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Cartas
Miércoles 16 de junio de 2021
Debate público y genealogía
Señor Director:
En un programa de televisión, la diputada Maite Orsini Pascal, a propósito del triunfo de Claudio Orrego, señaló: “Benjamín Vicuña Mackenna fue intendente en 1830, y es tatarabuelo de Orrego”. Luego de ello añadió: “Orrego representa simbólicamente a una clase política que ha gobernado no solamente en los últimos 30 años, que ha concentrado el poder político y económico en los últimos 200 años, versus Karina Oliva, que es una pobladora de Bajos de Mena”, para terminar precisando en sus redes sociales: “pese a la contracampaña clasista y elitista, Karina Oliva le dio la cara a la oligarquía y conservadurismo de Claudio Orrego Larraín”.
Más allá de la cita en particular, que confunde —con un desconocimiento abismante en una autoridad— el rol de un liberal Benjamín Vicuña Mackenna (que fue intendente de Santiago entre 1872 y 1875 y no en 1830), la diputada desconoce a Vicuña Mackenna como miembro del Partido Liberal Democrático, sufriendo el destierro, luego de la guerra civil de 1851, por levantarse contra el gobierno conservador de Montt, afianzando la Sociedad de la Igualdad, junto a Bilbao y Arcos y creando la Sociedad de Instrucción Primaria, ambas instancias básicas para la protección de artesanos, trabajadores, niños y jóvenes.
Inquieta, en pleno siglo XXI, después de todo lo vivido en el siglo pasado, que retorne un “discurso de depuración” genealógica de un servidor público como una manera de anularlo del debate público o un asunto que busque menoscabar, o asociar a su electorado con una clase social.
Este discurso añejo de lucha de clases busca de manera poco democrática exponer a adversarios y no dice relación con el desempeño político de una persona.
El pasado familiar de un sujeto —y que para algunos es motivo de un determinismo inamovible— no puede ser motivo de juicio. Los peores totalitarismos del siglo XX lo usaron para sembrar miedo y muerte. Lo anterior se une a los dichos de la excandidata a gobernadora, quien la noche de su derrota dijo “que se sepa que el miedo cambió de bando”.
Todos queremos cambios en Chile, todos sabemos el desafío histórico, pero no queremos un país de miedos y bandos, ni de anulación del debate, porque al menos deberíamos saber el horror que se agazapa detrás de esa esquina. Es tiempo de moderar discursos y generar los cambios en paz y en el contexto de un diálogo democrático y de buena fe.
José Gabriel Alemparte Mery
Abogado