Señor Director:

La pandemia del coronavirus tiene un componente diferente a otras crisis, pues el alto nivel de contagio del virus ha llevado a recomendar el distanciamiento físico. Lo anterior ha llevado a que cierren los colegios y que la mayoría de las salas cuna no puedan funcionar normalmente. Esto ha hecho desaparecer las redes de apoyo tradicionales (centros educativos, abuelos, vecinos, entre otros). Dado que históricamente las mujeres han sido responsables del cuidado de los hijos e hijas, esta pandemia es especialmente difícil para las mujeres en Chile, en especial jefas de hogar monoparentales.

Esta realidad se está viendo reflejada en las cifras. De acuerdo con la última encuesta INE la reactivación ha golpeado muy fuertemente al empleo femenino. El número de ocupados ha disminuido en 131 mil personas, de las cuales 93 mil son mujeres (71%) y 37 mil hombres (21%). Es decir, la reactivación no tiene rostro de mujer.

A la luz de estas cifras, resulta incomprensible que todavía el Congreso no avance en el proyecto de ley de sala cuna. Actualmente, todas las empresas con 20 o más mujeres deben proveer sala cuna para las madres con hijos e hijas menores de dos años. Esto se traduce en que solo el 11% de las empresas en Chile tenga 20 o más mujeres y en una mayor brecha salarial. A luces de las cifras compartidas, resulta urgente una nueva ley de sala cuna, que incorpore el principio de corresponsabilidad parental y que el financiamiento sea de toda la sociedad. Invertir en cuidado es invertir en el futuro del país.

Verónica Campino