En una escena de este documental biográfico, la estrella de reguetón J Balvin aparece con la mirada perdida tras leer críticas en su Instagram, y la escena se repite cuando habla de su ansiedad y depresión. Esos minutos crean un interesante contraste con su consolidación como uno de los artistas latinos más influyentes del último tiempo.

Las decisiones del talentoso director Matthew Heineman muestran las luces y sombras de José Osorio Balvín, para instalar un debate sobre la presión que enfrentan los ídolos de una generación crítica y responsable de revoluciones históricas, cuya mirada despiadada también vigila a figuras como Balvin, latinos alejados de la turbulencia social de la región, pero que en sus redes sociales tienen “una vocería más grande que los políticos”.

Esta genuina “parálisis” que experimenta el reguetonero se asoma a ratos, pero sin duda debió haberse documentado más. En vez de eso, está su personalidad complaciente buscando refugio en la espiritualidad y en frases como “Ven la gloria, pero no conocen la historia”.

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