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Cartas
Martes 04 de mayo de 2021
Gobernabilidad
Señor Director:
Gobierno y oposición buscan un camino institucional para dar gobernabilidad al país por los próximos diez meses.
Los sectores más duros tildan peyorativamente ese intento de “cocinería” o de “rendición”.
Obvio que ese esfuerzo no es ni lo uno ni lo otro. Eso que llaman “cocinería” es lo que caracteriza a la buena política: en torno a un café, personas consensuan políticas públicas al margen del vocerío estridente y de los ángulos agudos de las redes sociales y medios de comunicación. Una vez acordados los márgenes de dichas políticas, se homologan por los órganos democráticos y los técnicos delimitan los detalles para hacerlas eficientes, sin letra chica, ni populismo (vale decir, sin soslayar definir cómo se paga el consumo que se adelanta). Así, se logran los acuerdos duraderos desde tiempos inmemoriales. A los extremistas no les gusta, pues prefieren la calle.
Por otra parte, el lenguaje de la “rendición” es propio de la guerra. En el mundo de los acuerdos todos ceden y el país gana cohesión social y no arriesga su institucionalidad democrática y republicana.
No obstante, creo que una gobernabilidad por diez meses es mezquina.
Urge extender tal eventual acuerdo por el período que dure la redacción y aprobación de la nueva Constitución. Mientras ella no entre en vigor, gane quien gane, no habrá gobernabilidad. Así de simple. La comisión constituyente se trasformará en una suerte de tercera cámara legislativa y el Estado tampoco recuperará la soberanía sobre los vastos territorios, incluido el del Gran Santiago, que hoy están bajo el control de los narcos y extremistas que apuestan a la toma insurreccional del poder.
La única manera democrática de superar la actual ingobernabilidad es a través de un gobierno de unidad constitucional de tres años, con cuatro tareas muy específicas: 1) velar por que la Convención Constituyente redacte sin presiones indebidas la nueva Constitución, 2) promulgar una reforma previsional, tributaria y electoral que dé estabilidad y progreso al país, 3) implementar el nuevo texto constitucional, y 4) recuperar el orden público.
Juan Ignacio Correa