En este momento histórico, de crisis social y sanitaria, dando comienzo a un proceso constituyente, los esfuerzos de unidad de la centroizquierda deben estar a la altura. En 2017, la derecha levantó el terror de “Chilezuela” como parte de una campaña que buscaba votos a partir del miedo. Paradójicamente, la violencia, el hambre y violación de derechos humanos ocurrieron en este gobierno. La falta de conexión y empatía de esta administración y de la élite que representa ha sido brutal. Ministros que no sabían que existía hacinamiento, que recomendaron madrugar por el alza del transporte, comprar flores para compensar el alza del pan y hacer bingos para arreglar colegios. Días antes del estallido social, se impulsaba una reforma tributaria regresiva, que reducía los impuestos a las grandes empresas.
Sin duda que en los gobiernos anteriores también hubo errores. Transantiago, CAE, el copago para colegios, viviendas sociales de mala calidad, pasividad ante las zonas de sacrificio son algunos ejemplos. Pero la menor aprobación presidencial de la historia, es señal del desgobierno y los riesgos que hoy parece enfrentar nuestra democracia.
La pandemia ha sido devastadora. Más de 30 mil fallecidos marcan la magnitud del desastre. Una de las cifras más altas del mundo si se normaliza al grupo mayor de 65 años, el de mayor riesgo. Un tercio de la población ha pasado hambre, se multiplicaron ollas comunes y reapareció la desnutrición infantil. Se suma una pandemia de salud mental que nos pone como el segundo país con mayores síntomas depresivos, afectando a un 25% de hombres y a un 35% de mujeres. El país es más pobre y desigual que hace cuatro años; queda cerca de un millón de empleos por recuperar y la participación laboral femenina retrocedió una década.
Frente a esto, debemos presentar una propuesta de futuro que aborde tanto los desafíos planetarios como los retrocesos que hemos sufrido en la actual administración. A su vez, al próximo gobierno le corresponderá la gran responsabilidad de asegurar la instalación de una nueva Constitución, asumiendo un profundo compromiso con las urgentes transformaciones que permitan recuperar la confianza de la gente y sentar las bases para una nueva fase de desarrollo.
Desde las candidaturas que representamos, planteamos establecer un plan de recuperación con foco en reducir desigualdades y en inversión verde, e impulsar transformaciones para superar el neoliberalismo: 1) Un sistema de protección social que garantice derechos sociales y una reforma tributaria de al menos cinco puntos del PIB que los financie; 2) Hacer frente a la emergencia climática con una agenda que priorice la mitigación y que, a la vez, abra nuevas oportunidades en torno a las industrias verdes; 3) Establecer una nueva estrategia de desarrollo integral, colaborativa, innovadora, resiliente y con justicia territorial, con el liderazgo de un Estado cercano, emprendedor y articulador; 4) Terminar con los abusos y los privilegios. Un gobierno comprometido con el desarrollo territorial equitativo, la participación incidente, el feminismo y el reconocimiento de los pueblos originarios.
Será necesario promover, además, una transformación cultural y convocar a la sociedad en su conjunto. No podremos abordar estos desafíos con una lógica individualista, movida por el consumo y la competencia, donde la democracia ha ido perdiendo valor y la violencia se ha ido normalizando. La educación pública y la cultura son esenciales para recuperar el sentido público, y la inteligencia colectiva es la herramienta más poderosa que tenemos.
Necesitamos un gobierno comprometido con el Apruebo, que no tolere la desigualdad, que proteja la democracia y los derechos humanos, enfático en exigir la subordinación de las Fuerzas Armadas y que sepa gobernar. La derecha demostró ser incapaz de cumplir con estos parámetros. Como centroizquierda, tenemos la responsabilidad histórica de construir una alternativa que esté a la altura. Tenemos el deber de la esperanza.
Daniel Hojman
Jefe programático Paula Narváez
Marcelo Mena
Jefe programático Heraldo Muñoz
Valentina Quiroga
Jefa programática Pablo Vidal y Nuevo Trato