Señor Director: Resulta paradójico que un profesor de Derecho demuestre tan abiertamente su falta de apego a las reglas. No es la primera vez y seguro no será la última propuesta que busca “volar bajo el radar del derecho”. El problema de la propuesta de Atria, al igual que la de Barraza —acordar cambios al quorum de dos tercios—, es que modifica la esencia del acuerdo del 15 de noviembre, sus reglas y espíritu. Adicionalmente, sus propuestas no están al alcance de la Convención. No es un problema de voluntad (decisionismo en estado puro); son reglas indisponibles para esta, como tantas otras reglas que la regulan: el plebiscito de salida, los dos tercios del reglamento de votación, los plazos, etcétera. El proceso constituyente con razón es híbrido. Es altamente democrático y participativo, y fuertemente regulado por la actual Constitución. Así, se establecen límites y contrapesos a la Convención, y expresamente se le prohíbe alterar los quorum o invadir competencias de otros poderes.

Y es que Chile no siguió el camino de una Asamblea Constituyente ilimitada. Entendemos la frustración de sectores del FA y del PC (que no concurrieron con las fuerzas políticas democráticas al acuerdo y votaron en contra de la reforma constitucional habilitante del proceso), pero este acuerdo —con sus reglas, límites, instituciones, etcétera— contó con el respaldo del 78% de las chilenas y chilenos.

Por cierto, Atria podría estar sugiriendo cambios a las reglas fundamentales por medio de reformas en el actual Congreso. Pero eso contradice la decisión que el propio Congreso adoptó hace poco más de un año, luego de un arduo trabajo de la Comisión Técnica, que redactó las bases del proceso constituyente, introduciendo alteraciones estructurales a un proceso que ya está en marcha y que ya fue plebiscitado.

Respecto de la crítica a los quorum supramayoritarios que hace Barraza, las constituciones los incorporan porque estas definen derechos e instituciones esenciales que buscan reflejar grandes mayorías protegiendo a las minorías. Es la base del constitucionalismo moderno.

No sigamos buscando excusas para que la Convención no haga su trabajo. No erosionemos su legitimidad. Desde el primer día quienes resulten electos deben cumplir su misión histórica: deliberar y proponer al país una nueva Constitución, una que nos una y no nos divida, sobre la base de normas establecidas. A eso invita la regla de dos tercios. En eso estamos trabajando las candidatas y candidatos de Evópoli. Invitamos a Fernando Atria y a Marcos Barraza a sumarse en este esfuerzo.

Hernán Larraín M.
Gonzalo Blumel