El ingenio y la creatividad de los científicos ha dado lugar a una enorme variedad de vacunas contra el covid, las que utilizan distintos mecanismos para generar los anticuerpos necesarios. En una revisión reciente se identificaron 125 proyectos diferentes, en diversas fases de prueba en seres humanos. La mayoría de estas vacunas utiliza proteínas de la superficie del virus para estimular la formación de anticuerpos, pero por el virus corona y la pandemia de covid se ha logrado un importante avance en la tecnología de la inmunización con la creación de una nueva generación de compuestos que emplea material genético del virus. La efectividad y seguridad de cada una de estas variedades de inyecciones también han arrojado resultados algo diversos, como cabía esperarlo, pero solo ocho vacunas ya han alcanzado la aprobación completa en algún país. Entre estas se encuentran las dos que se han estado aplicando en el programa chileno, la de Pfizer-BioNTech y la de Sinovac.

La primera de ellas, la vacuna de origen alemán y estadounidense, es un compuesto de carácter genético, que toma el ARN del virus y lo inyecta a las células de la persona. Dicha molécula, que es parte del material genético viral, contiene las instrucciones para que se fabrique la proteína más importante de las 25 que contiene la superficie del virus, la de la espícula, que es la que le permite a este penetrar las células. Es entonces la propia persona que se busca inmunizar quien produce la proteína foránea que hará reaccionar al sistema inmune creando anticuerpos. Es la primera vez en la historia que se intenta un mecanismo semejante y los resultados han sido verdaderamente prodigiosos, por cuanto la efectividad reportada de este proceso es cercana al 95 por ciento y, luego de millones de personas vacunadas, no ha habido un solo caso de complicaciones serias. Es posible que este excelente desenlace del incierto camino que emprendieron los investigadores signifique una revisión de muchas de las vacunas que existen hasta ahora y que cubren 28 enfermedades diferentes.

La otra inmunización que se ha aplicado en Chile corresponde a un método más tradicional, que es la inyección de virus inactivados. Para ello, luego de cultivar los virus, se bañan con una sustancia química que inactiva completamente los genes virales y deja al microbio convertido solo en su cobertura de proteínas. El procedimiento es similar al empleado por Jonas Salk en la creación de la vacuna antipolio, pero tiene el inconveniente de que al inactivar el virus se pierde algo de su capacidad de provocar una respuesta. Las investigaciones han demostrado que la vacuna de la compañía privada china Sinovac es muy segura y tampoco con ella se han registrado reacciones adversas serias. Pero la efectividad de la CoronaVac, como fue bautizada, ha sido motivo de controversias, azuzadas recientemente por las declaraciones del jefe de la oficina china para el control de enfermedades. El funcionario rápidamente se corrigió, pero dejó sembrada una duda. Los intentos del gobierno chino por utilizar sus vacunas como medio diplomático se verían comprometidos con estas discusiones sobre la baja efectividad de aquellas. No obstante, ha sido la falta de transparencia en los resultados conseguidos por la CoronaVac el principal ingrediente de la polémica. Primero, llamó la atención la alta diferencia de efectividad informada por Brasil y por Turquía, los dos países donde se probó, pero no hubo explicación, aunque parecería fácil indicar que los estudios examinaron desenlaces diferentes, y tanto en uno como en otro la reducción de casos muy graves fue de un 100 por ciento. Si bien a comienzos de este mes el laboratorio dio a conocer los resultados de Brasil y Turquía, aún no presenta oficialmente sus trabajos completos para que sean revisados por otros científicos.

Las ventajas de la vacuna china son muchas, entre otras, las menores exigencias de frío, las buenas posibilidades de enfrentar cepas nuevas, por cuanto se utiliza la cáscara completa del virus, y los menores costos de aplicación, pero es necesario que cuanto antes se despejen las dudas de sus efectos.