El año 2020 dejó en evidencia lo difícil que es explicar temas científicos en momentos en los cuales las necesidades apremian y se exigen resultados inmediatos. Las complejidades propias de la relación entre ciencia y sociedad salieron a la luz, y el escaso conocimiento que ciudadanas y ciudadanos tenemos sobre el funcionamiento de la producción científica se manifestó en múltiples espacios marcados sobre todo por la incertidumbre.
Hasta antes de la pandemia, muchos pensábamos que la ciencia daba respuestas definitivas y absolutas, pero hemos aprendido rápidamente que la aplicación del método científico, al igual que toda actividad humana, está llena de incertezas y zonas grises. Esto plantea el desafío de equilibrar la inmediatez de resultados que exigen los medios, autoridades y la sociedad civil, con los tiempos propios del método científico y la dificultad de comunicar hallazgos que, a ratos, resultan contradictorios y complejos de explicar en contextos adversos.
La ciencia juega un papel esencial en la construcción de las comunidades, abriendo horizontes de conocimiento, permitiéndonos entender procesos a nuestro alrededor e inventando y diseñando soluciones tecnológicas para los problemas que enfrentamos. El conocimiento científico y el desarrollo tecnológico son de las mayores riquezas de la sociedad contemporánea, puesto que son elementos fundamentales para impulsar el bienestar de las personas.
Estrechar el vínculo entre el quehacer científico, sus preguntas, sus procesos y sus aproximaciones a respuestas ha sido parte de la propuesta que, desde 2014, hemos querido plantear a través del Festival de Ciencia Puerto de Ideas Antofagasta. Somos conscientes de que acercar la ciencia a las personas es una tarea repleta de efectos positivos. Ha habido avances: la ciencia ya no está solamente en los laboratorios, sino que también en los medios de comunicación y hasta en las alternativas de entretenimiento. Pero todavía es posible avanzar mucho más —y más rápido— para fomentar el interés general sobre temáticas científicas en la población y, a su vez, entregar herramientas adecuadas a las y los investigadores para comunicar las dinámicas del proceso científico.
Creemos que es necesario romper definitivamente las barreras entre ciencia y sociedad, vinculando estrechamente ambas esferas, con el fin de que las personas adquieran herramientas para comprender, desde su propio interés, el quehacer científico. Del mismo modo, que los científicos cuenten con espacios para comunicar, en un lenguaje cercano y accesible, sus objetos de investigación, potenciando el diálogo, el intercambio de ideas, la incorporación de más personas al mundo de la ciencia y dibujando los próximos pasos para guiar a nuestro país.
En esa línea, es fundamental que los gobiernos tomen decisiones fundadas en información científica para abordar los grandes desafíos mundiales que enfrentamos, como el cambio climático, la pérdida de biodiversidad, futuras pandemias, entre muchos otros. Son retos enormes que, para ser enfrentados con éxito, deben contar con el apoyo de la ciudadanía, el que solo será eficaz si es que se comprende, realmente, el lenguaje de las ciencias.
La dimensión comunicativa de la ciencia es clave y debemos darle sentido y valorarla. Las iniciativas de divulgación en esta área son poderosas herramientas de fomento a la comprensión pública de la ciencia, y han tomado aún más importancia en el último tiempo, donde libros, revistas, documentales, youtubers, conferencias, ferias y festivales de ciencia han permitido que se relacionen ambos mundos a través de un enriquecedor intercambio, accesible para todos. Así, los espacios de divulgación del conocimiento científico y el fomento de instancias de diálogo y reflexión, donde las y los científicos se vinculen sin barreras a públicos diversos, se tornan cruciales en el proceso de desarrollo de la cultura científica en nuestra sociedad actual, abriendo la investigación y sus resultados al público, articulando una red de actores mucho más amplia, lo que posibilita la incorporación de conocimiento local y transdisciplinario.
Ese es justamente el objetivo que impulsa al Festival de Ciencia Puerto de Ideas Antofagasta: conectar a la ciudadanía con investigadores, conocimientos, innovaciones y tecnologías, que son cada día más relevantes para la construcción del futuro de nuestra sociedad. Los desafíos que enfrentaremos en las próximas décadas nos exigen una verdadera integración de la ciencia en su dimensión cultural, para contar con autoridades que integren los aspectos científicos de las políticas públicas, formar una ciudadanía crítica capaz de evaluarlas en su mérito, así como socializar decisiones, acuerdos y soluciones basadas en el conocimiento científico.
Chantal SignorioPresidenta De La Fundación Puerto De Ideas