El Mercurio.com - Blogs : Temas económicos
Editorial
Sábado 10 de abril de 2021
Temas económicos
Las auspiciosas proyecciones para 2021 no deben generar desbordes de optimismo. El PIB nacional crecerá con fuerza este año; pero sin verdadera conciencia respecto de la importancia de crecer en el largo plazo, la recuperación podría ser solo circunstancial.
Optimismo excesivo
En su último reporte, el Fondo Monetario Internacional (FMI) pronostica un crecimiento del 6% en la actividad mundial para 2021 y del 4,4% para 2022. Estas estimaciones exceden las de enero pasado, que anticipaban cifras del 5,5% y del 4,2%, respectivamente. Las revisiones para la economía nacional son igual de favorables: se proyecta ahora para Chile un crecimiento del 6,2% en 2021 —un aumento de 0,2 puntos respecto de las estimaciones previas— y del 3,8% en 2022. La expansión fiscal sin precedentes, el aseguramiento de vacunas y el diligente proceso de inoculación son las principales razones del positivo ajuste.
Adicionalmente, el organismo actualizó las proyecciones respecto del PIB per cápita. De este modo, el producto por habitante medido en dólares ajustados por paridad de poder de compra (PPP) alcanzaría los US$ 25 mil a fines de 2021 —US$ 1.500 por encima de 2020—, recuperando sus niveles precrisis en 2022 (US$ 26.194 ) y superando los US$ 30 mil al término de 2026. Así, al cabo de cinco años, el país se posicionaría como la segunda economía con el PIB per cápita más alto de la región, detrás de Panamá, que en 2026 superaría los US$ 40 mil por habitante.
Tales cifras han venido a complementar el optimismo que empieza a emerger en distintos círculos locales. El alto precio del cobre, motivado por la electrificación de las economías y grandes planes de infraestructura, junto al potencial del litio y las energías renovables sustentarían tal visión. Todo esto, sin embargo, es por ahora solo una posibilidad. El que Chile no haya logrado implementar reformas estructurales que permitan potenciar su competitividad y productividad constituye en cambio un hecho concreto.
También debe recordarse que, en proyecciones anteriores, el FMI había llegado a anunciar que el país alcanzaría los US$ 30 mil por habitante al final de 2022. La violencia de octubre de 2019 descarriló tales predicciones y la emergencia sanitaria las retrasó al menos cuatro años.
¿Década perdida?
Existen elementos técnicos que deben ser evaluados al interpretar estas predicciones.
En materia de PIB, toda comparación internacional requiere, por lo general, traducir las cifras a una unidad de medida común. Los dólares ajustados por PPP son uno de estos instrumentos que permiten traducir el valor de una misma canasta de bienes y servicios de un determinado país respecto de uno de referencia (típicamente EE.UU.). Con ello se puede contrastar el valor de la producción entre distintas naciones. Pero, aun cuando su utilidad es notable, no es obvio que esta sea la métrica correcta si se quiere entender la dinámica interna de un mismo país.
Por lo anterior es que resulta necesario evaluar la trayectoria de la economía nacional comparándola consigo misma. En este sentido, las cifras del Banco Central permiten cuantificar el marcado retroceso.
En efecto, al analizar la serie del PIB en pesos comparables (encadenados), se concluye que, debido al paupérrimo período de crecimiento económico entre 2014 y 2017, sumado a la violencia (2019) y la pandemia (2020), Chile alcanzó en 2020 un nivel de producto apenas 1,3% superior al de 2015. Y solo un crecimiento real del 6% durante este año podría dejar al PIB en los niveles de 2019.
Analizadas en términos per cápita, las cifras lucen aún menos auspiciosas. En pesos comparables, Chile terminó 2020 con un nivel de PIB per cápita cercano al de 2012. En este caso, a los factores antes expuestos es necesario agregar un cambio de tendencia en la tasa de crecimiento de la población: entre 2011 y 2016 se situó en torno al 1%, mientras que en 2017 llegó al 1,4%, hasta alcanzar el 1,9% el 2019. Esto explica el mínimo impacto del 3,7% de crecimiento logrado en 2018 (el más alto desde 2013) en el PIB per cápita.
Finalmente, al analizar la evolución del PIB per cápita ahora en dólares (referencia 2013) se concluye que dicho indicador alcanzó los US$ 13.038 en 2020, el menor valor desde 2010, cuando fue de US$ 12.853. Desde esta perspectiva, la última década parece haber sido perdida.
El factor político, otra clave
La pandemia será seguramente utilizada para explicar la abrupta caída de nuestra economía. Ello, sin embargo, puede ser también una forma de eludir responsabilidades, como se advierte al observar los números de los últimos veinte años. Ellos muestran que, mientras en la primera década de este siglo la actividad se expandió un 4,2% anual en promedio, entre 2011 y 2020 el PIB (real en pesos) consignó un aumento promedio de apenas un 2,1%, reduciéndose a un 0,8% en el período posterior a 2013.
Si bien los vaivenes del escenario externo han sido importantes, la incapacidad de las dirigencias políticas para abordar los nuevos desafíos ha resultado un factor clave. El ingenuo sacrificio del crecimiento bajo la segunda administración de la Presidenta Bachelet y la actual farandulización de la labor parlamentaria han sido manifestaciones de ello. Chile lleva ya décadas a la espera de reformas que potencien su crecimiento. Enmendar el rumbo requerirá de cambios que impulsen el mercado laboral, la inversión y la productividad. La ausencia de liderazgos comprometidos con una agenda así obliga a relativizar el optimismo.