Señor Director:

La casa-museo de Pablo Neruda es hoy por hoy lo que le da su identidad a Isla Negra. Lamentablemente esta ahora se podría describir como la pepita de oro encontrada en medio del caudaloso torrente del río de carteles, letreros, banderas y todo tipo de publicidad de mal gusto que ha contaminado implacablemente el paisaje urbano que la rodea.

Es el drama que viven los municipios de escasos recursos que para financiarse se remiten a otorgar permisos y licencias de tipo comercial sin mayores exigencias por la estética y belleza del lugar.

El grave problema de las denuncias de la seguridad en el sector, posiblemente podrá abordarse de una manera más eficiente y mejorarla. Sin embargo en cuanto a la contaminación visual del paisaje urbano después de tanto tiempo, esta tiene su suerte ya echada.

Víctor Valech R.
Arquitecto