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Cartas
Martes 06 de abril de 2021
No soy malabarista
Señor Director:
La ingeniera comercial y mamá Andrea Santander menciona la menguada participación femenina de hoy en el mercado laboral, y señala algunas causas: insuficiencias y falta de desarrollo oportuno de estrategias y normas del teletrabajo, que llevan a que las mujeres con familia a su cargo deban convertirse en “malabaristas”. También indica que el 80% de las CEO empresariales son madres. Esto estaría dificultando gravemente la paridad y el crecimiento económico que involucra.
Hay hogares donde ambos progenitores son profesionales del mismo nivel, pero si en horas de trabajo una de las criaturas llora, ella dejará el computador para investigar; si suena el timbre, mamá irá a ver quién es. A veces será interceptada por alguien que quiere otro yogurt, y otro aprovecha de pedir ayuda en la tarea. El cambio en la cultura sin duda se toma su tiempo.
Mientras tanto, podríamos hacer algunas sugerencias básicas a los empleadores, como no poner reuniones antes de las nueve horas, ni entre la una y las tres y media de la tarde; no fijarlas con menos de un día de antelación, ojalá enviando antes la pauta a tratar. Tampoco esperen que no haya ruido ambiente o que no ladre el perro, ya que la familia no puede ser eliminada.
El mismo sábado 3, en el diario de su dirección, un columnista hace gala de interpretaciones erradas y desinformación respecto de la historia de la humanidad. Entre estas, sitúa el inicio de la liberación de las mujeres en el desarrollo de la píldora anticonceptiva y la llegada de la electricidad a los hogares. En verdad, con juguera eléctrica o sin ella, la mayoría de las mujeres no ha logrado liberarse de las diversas violencias que suelen vivir en el supuesto refugio familiar, constituyendo una gran barrera para un más rápido desarrollo profesional y ciudadano de ellas.
El pensamiento decimonónico del columnista le hace ignorar que el país aún no es capaz de prevenir ni penalizar adecuadamente tales hechos, como tampoco desarticular la burda idea de que el cuidado de la familia es más propio de mujeres que de hombres. De todos modos, los inventos que menciona no han conseguido que las mujeres dejen de ser malabaristas.
Laura Albornoz Pollmann
Abogada