Señor Director:

En su columna del sábado, el señor Gerardo Varela generaliza burdamente respecto del feminismo, que “todas” las feministas se inspiran en mujeres “intelectuales” en vez de “pragmáticas” —como si ambas cualidades fueran excluyentes— y dejan de lado ideas novedosas, como la ciencia y tecnología.

Hace poco terminé de leer una novela de Jeanette Winterson, llamada “FranKissStein”, donde aborda temas tan importantes como feminismo, transexualidad e inteligencia artificial y sus implicancias éticas y prácticas. Mi reflexión más importante fue —precisamente— que si todos fuéramos racionales-“pragmáticos”, todos seríamos igualmente autómatas y que un robot haría mejor nuestro trabajo.

El desprecio a lo intelectual no es algo nuevo en la derecha chilena, pero más me impacta viniendo de un abogado y político. Aún recuerdo cuando un profesor de Derecho Natural en la universidad argumentaba que los financieros éramos una “escoria”, porque no salvamos vidas como los médicos ni construimos puentes como los ingenieros civiles. Misma lógica que el señor Varela aplica aquí. Entonces yo me pregunto, ¿dónde entra el Fintech en todo esto?

Finalmente, el señor Varela expone que fueron hombres los que liberaron a las mujeres de sus grandes labores domésticas, gracias a inventos como la luz o las pastillas anticonceptivas. No quiero desgastarme rebatiendo dicha afirmación, sino más bien le quiero recordar que hasta hoy, con hartos más avances tecnológicos, las más golpeadas por la crisis somos nosotras, que la brecha de cargos directivos y jefaturas entre hombres y mujeres sigue siendo brutal y que nadie nos “liberó”, sino que el patriarcado nos ha encerrado por siglos a cumplir las laborales que muchos hombres no han querido hacer. También le recuerdo que los hijos se traen al mundo de a dos, por lo que la responsabilidad respecto tanto de la anticoncepción como de la crianza, es mutua.

Ana María Menchaca Steinfort
Ingeniera comercial y magíster en Finanzas UC