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Cartas
Lunes 29 de marzo de 2021
Teorías conspirativas
Señor Director:
Tras un año de pandemia, queda clara la dependencia directa que tenemos unos de otros. Dependemos de los cercanos y de los que nos cruzamos en el día. Estamos a merced de la calidad del trabajo de los científicos, de la seriedad en el manejo de la crisis de los políticos, del uso de la mascarilla de los vecinos y del cuidado de distancia social que asuman los demás. También la salida será juntos, porque solo podrá salvarnos la inmunidad de rebaño que impida la propagación.
En este barco en el que vamos todos, también va embarcado un grupo de usuarios escépticos, antivacunas, que de conectarse en redes sociales y estructurarse podrían formar las bases de una comunidad influyente de resistencia frente a la vacunación.
El alcance de las teorías conspirativas sobre el covid-19 es transversal en nuestro país. Las promueven tanto sectores de la derecha, que creen que la OMS quiere usar la pandemia para establecer un “nuevo orden mundial”, como de izquierda, que creen que el Gobierno mantiene la sensación de pandemia para seguir empleando medidas que permitan control social, como el toque de queda.
Mañana martes reuniremos a comunicadores y científicos en la UC para conversar sobre la profundidad del dilema en Chile. Revisaremos cuántos son y cuan organizados están los antivacunas dentro de nuestras fronteras. Compartiremos cifras de redes sociales y encuestas que muestran que es un grupo heterogéneo y todavía desorganizado.
Lo complicado es que también tenemos políticos interesados en capturar a estos usuarios para promover sus objetivos. En Chile ya tenemos candidaturas populistas que pueden aprovechar estos grupos en favor de alimentar una fuerza política.
Lo que enseñamos en nuestro laboratorio es que la sociedad debe entender que las redes sociales son la nueva plaza pública, donde podemos escuchar a las distintas comunidades e involucrarnos en sus conversaciones. Nos pueden ayudar a abordar preocupaciones o críticas antes de que se conviertan en banderas tribales, dialogando de igual a igual sin apelar a mensajes centralizados de autoridades o instituciones en las que pocos confían.
Es importante entender que hay que conversar abiertamente con los que promueven el sectarismo y las teorías conspirativas, para que con la discusión algunos entren en razón y sigan sumando nuevos adeptos mientras se agranda el grupo. Nuestra propuesta es usar las mismas redes que han utilizado para desinformarlos, pero en sentido inverso.
Proponemos crear brigadas de voluntarios que conocen de cerca la pandemia y sus efectos, para que conversen con este grupo uno a uno delante de sus redes. Debemos asumir que no sirve comunicarse con estos grupos que no creen en la ciencia burlándose de ellos, lo que tiende a polarizar más la discusión y a reforzar y radicalizar sus posturas escépticas. El proceso de vacunación requiere altísimas tasas de vacunación, lo que pasa por promover conversaciones digitales constructivas que generen grandes acuerdos para no quedarnos pegados en los paso a paso de 2020.
Cristián Huepe
Eduardo Arriagada
Investigadores Laboratorio Social Listening SoL UC