Señor Director:

La Canciller alemana, Angela Merkel, pidió perdón a los ciudadanos por la medida de confinamiento decretada, enfatizando que “un error debe llamarse error y, sobre todo, debe corregirse”.

Una vez más la máxima autoridad alemana nos da un ejemplo de cómo debe enfrentar un político, autoridad o profesional la vida diaria, asumiendo y corrigiendo los yerros, con valentía y con el propósito de enmendar y reparar, en aras del bien común.

Tan distinto de nuestro país, en el que nadie asume ninguna responsabilidad personal ni se hace cargo de sus palabras o acciones, a lo más se alude a palabras “inexactas” o “sacadas fuera de contexto”… Por eso nuestra Mistral nos llamaba a “vigilar las palabras”.

Es sano reconocer de verdad los errores y corregirlos oportunamente. Ello nos transforma en mejores personas. Por lo demás, en palabras de Einstein, “una persona que nunca ha cometido un error nunca intenta nada nuevo”. Y es que, como nos recuerdan los libros sapienciales, “el que oye consejo y acepta que lo corrijan acabará siendo sabio”. Así evitamos que el error se transforme irremediablemente en horror.

Enrique Navarro Beltrán
Abogado