Señor Director:

Con prescindencia de lo que se pueda pensar sobre la licitud moral de la anticoncepción —que la doctrina tradicional considera contraria al derecho natural—, resulta del todo impresentable que si contra la aspiración de los padres la unión sexual ha sido fecunda, el deseo fallido de evitar el hijo no se eche al olvido, y más aún se sobreponga al amor maternal y paternal, sentimiento natural que se da aún en muchos animales.

Es, pues, cruel e inhumano, y profundamente ofensivo a la dignidad del hijo, considerar su existencia como un daño y solicitar por ella indemnización ante los tribunales.

José Joaquín Ugarte Godoy
Abogado
de la Academia Chilena de Ciencias Sociales, Políticas y Morales