Si hace un año el mensaje del recién asumido Presidente Alberto Fernández era terminar con la “grieta” política en Argentina, ahora su posicionamiento parece ir en la otra dirección. Así quedó de manifiesto ayer cuando el mandatario dio su discurso anual ante el Congreso. Si bien hubo llamados de “unidad”, la intervención del líder peronista se centró en cargar contra otros actores: aseguró, por ejemplo, que el Poder Judicial “parece vivir en los márgenes de la democracia” y acusó a la administración anterior, del centroderechista Mauricio Macri (2015-2019), de entregar un país “derrumbado”. Incluso adelantó una “querella” contra funcionarios de ese gobierno por una supuesta malversación de caudales.

“Les hablo con la humildad de quien puede reconocer errores”, dijo el Presidente al inicio de su discurso de apertura de sesiones ordinarias en el Congreso, la segunda desde el inicio de su mandato en diciembre de 2019. “Solo 10 días después de hablarles el año pasado, la OMS declaró una pandemia para la cual no teníamos vacunas”, recordó Fernández. El peronista habló sentado junto a su vicepresidenta, Cristina Fernández (2007-2015), quien presidió la sesión como jefa del Senado y que llamó la atención por no usar mascarilla como dicta el protocolo, que no exime a quienes están vacunados contra el covid-19, como es el caso de la exmandataria.

Tras esos párrafos introductorios del discurso, comenzó una descripción del escenario actual, marcada por duras críticas a la oposición.

“Recibimos un país endeudado y en crisis. Debíamos enfrentar el incendio sabiendo que otros habían terminado con el agua”, dijo Fernández sobre la gestión anterior, de la cual heredó un país en recesión pocos meses antes de iniciar una pandemia que ha dejado 54.000 muertes.

“Desde el primer día tomamos decisiones y desde el primer día enfrentamos críticas: primero, los que reclamaban cuidar la rentabilidad antes que la salud; más tarde, los que negaban la existencia de la pandemia y nos acusaban de ser parte de un complot universal para mantener encerrada a la gente”, dijo sobre las reacciones a las medidas adoptadas, incluida una cuarentena total.

Sin embargo, la máxima tensión ocurrió cuando Fernández acusó de malversación de caudales al gobierno anterior, por el crédito de US$ 44.000 millones que tomó con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Según el mandatario, el crédito quiso “favorecer al presidente Macri en la búsqueda de su reelección”. “He instruido a las autoridades pertinentes que formalmente inicien una querella criminal tendiente a determinar quiénes han sido los actores y participantes de la administración fraudulenta y la mayor malversación de caudales que nuestra memoria recuerda”, dijo.

Respecto a la deuda, que el gobierno actual renegocia con el FMI, Fernández dijo que no pretendían apurarse en cerrar el acuerdo.

El jefe de Estado también defendió su interés de reformar la justicia, a la que acusa de tener problemas como la “discrecionalidad de los jueces” y “manipulación de decisiones jurisdiccionales según intereses políticos”. Esas declaraciones van en la línea de lo que ha acusado su vicepresidenta, involucrada en varias causas judiciales por presunta corrupción. “Vivimos tiempos de judicialización de la política y politización de la justicia, que terminan dañando la democracia y la confianza ciudadana”, expresó el mandatario, quien el año pasado lanzó un proyecto de ley para reformar el fuero federal, aún pendiente en la Cámara Baja.

Entre las autocríticas, Fernández reconoció errores en el escándalo que remece a la Casa Rosada: el “vacunatorio VIP”, sobre funcionarios y personalidades que recibieron dosis de Sputnik V saltándose la fila. “Si se cometen errores, la voluntad de este Presidente es reconocerlos y corregirlos de inmediato. Cuando se dijo que aquellas reglas habían sido transgredidas, me he encargado de recabar la información pertinente, aun cuando en lo personal me causaran mucho dolor, tomé las decisiones que correspondían”, aseguró sobre el caso que le costó el cargo al exministro de Salud Ginéz González.

Dentro de sus logros, destacó la aprobación del proyecto de despenalización del aborto. Y hacia futuro pidió hacer del combate a la violencia de género “una política de Estado” y también señaló un plan económico que contempla “obras que faciliten la salida de la producción argentina a través de puertos chilenos sobre el Océano Pacífico”.

Elecciones

El discurso al mediodía fue constantemente interrumpido por quejas opositoras. Y pareció mostrar a un Presidente más cercano a los objetivos de su vicepresidenta, según La Nación, que al peronista conciliador que derrotó a Macri en 2019.

“Vino a hacerse aplaudir anunciando una denuncia penal contra el expresidente Macri por el endeudamiento”, aseguró Mario Negri, líder de los diputados opositores. El legislador agregó que Fernández parece ignorar el malestar por el “uso inescrupuloso del poder con las vacunas”, por el cual hubo protestas el sábado pasado.

Los analistas consideran que el cambio de Fernández tiene que ver con un deterioro de su popularidad tras un período marcado por los costos de la pandemia, por las divisiones entre peronistas moderados y kirchneristas, y por el caso de las vacunas.

“Si fuera el caso de un boxeador que se encontrara entre las cuerdas por tratarse del peor momento de su ciclo político, el discurso lo mostró a ese boxeador intentando salir de esa situación tirando golpes”, comenta Lucas Romero, director de la consultora Synopsis. Según sus estudios, Fernández tuvo en marzo y abril pasados una imagen positiva rozando el 60%, y ahora su imagen negativa es del 58% y la positiva de 32%.

Santiago Leiras, politólogo de la Universidad de Buenos Aires, ve además que el “tono y el contenido del mensaje” se explican como parte “del comienzo de la campaña electoral” hacia las legislativas de octubre, donde el peronismo buscará el control de un Congreso donde hoy no tiene mayoría en ambas Cámaras. “Desde 1983 a la fecha, los oficialismos que han llegado a las elecciones con las variables macroeconómicas bajo control han sido favorecidos; por el contrario, con descontrol de las variables, los oficialismos son perjudicados”, sostiene sobre un factor que sería determinante.