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Cartas
Martes 02 de marzo de 2021
¿Sola yo?
Señor Director:
Si bien es cierto que el excelente documental “El agente topo” de Maite Alberdi es muy conmovedor y ya se han publicado varias cartas y artículos sobre el filme, incluyendo un editorial en este diario, me interesa relevar una perspectiva distinta a la de la soledad de los adultos mayores que pareciera ser el único enfoque anterior.
Creo que es importante señalar la actitud del adulto mayor contratado como espía por una hija que intenta vigilar si su madre está siendo bien tratada en el hogar de ancianos donde la ha mandado y si este está siendo bien administrado.
Con el fin de encontrar a la persona indicada para tal labor, pone un aviso en la prensa en el que se solicita que tenga entre 80 y 90 años y así pueda ingresar al establecimiento sin sospechas. A la convocatoria llegan varios postulantes, todos ansiosos de realizar el trabajo. El escogido explica que la razón de su búsqueda radica en que, siendo un viudo reciente, necesita sentirse liberado de sus recuerdos y ocupar su tiempo libre en algo interesante.
Estamos aquí hablando de un hombre sano cognitiva y físicamente, con habilidades tecnológicas perfeccionables para adecuarse a su misión. Tiene hijos y nietos. Sin embargo, él no espera ser acompañado para satisfacer sus necesidades emocionales, sino que escoge trabajar y ser útil. En eso radica su fortaleza como adulto mayor y es esta mirada la que es interesante destacar. Es más, a pesar de encontrar compañía en el asilo, el que dicho sea de paso mezcla a personas con daños neurológicos y físicos con otras totalmente autovalentes, escoge salir de ahí apenas termina su misión. Da la impresión de que el pesimismo reinante lo hastía y lo supera, ya que no pareciera haber otra actividad que la de la queja constante. No hay malos tratos, sino que un aburrimiento apabullante.
Según Travesía 100, las estadísticas nos dicen que solo el 16% de los adultos mayores de 60 años están enfermos. El 84% restante no lo estamos y tenemos a nuestra disposición innumerables herramientas para ocupar nuestro tiempo en compañía de otros, ya sea con capacitaciones varias, con voluntariados, con causas a las que se puede contribuir y hasta con reinserción laboral. Estoy convencida, y así lo vivo, de que nuestro acompañamiento debiera provenir del esfuerzo de cada uno para lograrlo, en lugar de esperar la caridad de la sociedad, incluyendo la de nuestros familiares.
Drina Rendic
Ingeniero Comercial