Señor Director:

En su columna de ayer (“Justicia transicional, no bondad”), el senador Latorre y el rector Ramis sostienen que Carlos Peña, en su columna del domingo, “confunde lo justo con lo bueno”. Me parece que es justo al revés.

En otras ocasiones, Carlos Peña ha mencionado el dilema del Eutifrón, donde Sócrates se pregunta si acaso “lo pío (to hósion) es querido por los dioses porque es pío, o es pío porque es querido por los dioses”. A partir de este dilema, Leibniz, después de más de dos mil años, pone en aprietos a la teología preguntándose en su teodicea si “lo bueno es bueno solo porque Dios lo quiere, o si Dios lo quiere porque es bueno y justo”.

A estas alturas quizá valdría la pena reflexionar sobre esta importante disyuntiva teológica. Sugiero preguntarnos, más alejados de lo piadoso y de la teología, si lo bueno y lo justo “es bueno solo porque algunos lo quieren, o lo quieren porque es bueno y justo”. Me temo que lo primero es propio de quienes confunden lo bueno con lo justo.

Leonidas Montes L.