JOSÉ TOMÁS TENORIO LABRA
Lejos de reflejar la cooperación y el multilateralismo, la Asamblea General de la ONU quedó marcada ayer por el enfrentamiento diplomático que los últimos años ha remecido el orden global. En el arranque del evento, que se realiza mayormente de manera telemática, Washington y Beijing cruzaron críticas y acusaciones por la pandemia del coronavirus, una muestra de lo que Naciones Unidas ve como el preludio de “nueva Guerra Fría”.
“Nos estamos moviendo en una dirección muy peligrosa. El mundo no puede permitirse un futuro en el que las dos mayores economías se dividan el globo en una gran fractura; cada uno con sus propias reglas de comercio y financieras y capacidades de internet y de inteligencia artificial”, dijo el secretario general del organismo, António Guterres. “Tenemos que evitar esto a toda costa”, insistió al dar inicio al debate general de alto nivel desde la sede de Nueva York.
Lo que siguió confirmó las tensiones. El Presidente de EE.UU., Donald Trump, reiteró los ataques contra China por su manejo del coronavirus, que se detectó por primera vez en la ciudad china de Wuhan, y exigió que se responsabilice al gigante asiático por la pandemia. “Naciones Unidas debe hacer que China rinda cuentas por sus actos” luego de haber “liberado esta plaga al mundo”, aseguró el mandatario, quien volvió a referirse al coronavirus como el “virus chino”.
Trump acusó a Beijing de no haber decretado a tiempo medidas como cerrar sus fronteras para evitar la expansión del virus por el mundo pese a haber confinado a millones de sus ciudadanos, y afirmó que Beijing y “la Organización Mundial de la Salud (OMS), virtualmente controlada por China, declararon falsamente que no había pruebas de transmisión de persona a persona” al inicio del brote.
Las críticas del líder estadounidense hacia China no se limitaron a la pandemia, sino que también comparó las políticas ambientales, uno de los aspectos cuestionados de que retirara a EE.UU. del Acuerdo de París contra el cambio climático. “Quienes atacan el excepcional historial medioambiental de EE.UU. mientras ignoran la polución rampante de China no están interesados en el medioambiente”, aseveró.
Teniendo el discurso grabado del líder chino, Xi Jinping, la respuesta directa a Trump la tuvo que dar el embajador de Beijing ante la ONU, Zhang Jun, quien antes de presentar la alocución de su Presidente dijo que las acusaciones contra su país son “totalmente sin fundamento” y acusó al mandatario de diseminar “un virus político” en la Asamblea General. “En este momento, el mundo necesito más solidaridad y cooperación, no una confrontación”, insistió el diplomático, en línea con el discurso de Xi.
“En la lucha contra el virus debemos fortalecer la solidaridad y superar esto juntos”, dijo el Presidente chino e instó a los países a “seguir las directrices de la ciencia, dar un rol central al liderazgo de la OMS y lanzar una respuesta internacional conjunta” para combatir el coronavirus.
Xi aseguró que su país no tiene intención de entrar en una “guerra fría ni caliente” y criticó que se “politice” la lucha contra el coronavirus, en un mensaje aparentemente dirigido a Trump, cuyo manejo de la pandemia en EE.UU. —más de siete millones de casos y sobre 200 mil muertes en el país— ha sido cuestionado y le ha restado apoyos a su apuesta por la reelección en las elecciones de noviembre.
Frente a las críticas de Washington por su creciente influencia global, Xi sostuvo que China nunca buscará la “hegemonía”. “La mentalidad de Guerra Fría, las líneas ideológicas o los juegos donde nadie gana no son solución para los problemas de un país y menos una respuesta a los desafíos conjuntos de la humanidad”, dijo el líder chino, quien añadió que las vacunas contra el SARS-CoV-2 que desarrolla su país serán “un bien global”.
Consciente de la carga que han puesto las tensiones sino-estadounidenses sobre el escenario global, el Presidente francés, Emmanuel Macron, pidió en su discurso construir “un nuevo orden” en el que Europa “tiene que asumir plenamente su responsabilidad”, sin limitarse a ser “los espectadores decepcionados de una impotencia colectiva”. “El mundo de hoy no puede reducirse a la rivalidad entre China y EE.UU., por mucho peso mundial que tengan esas dos potencias”, aseguró.
“Era inevitable que las tensiones entre EE.UU. y China fuesen un tema de gran relevancia durante la Asamblea General, porque la escalada continúa y porque uno de los puntos principales de esta reunión iba a ser el coronavirus, que es algo por lo que Washington ha criticado fuertemente a Beijing”, dijo a “El Mercurio” Jessica Chen, experta en las relaciones entre China y EE.UU. de la Universidad de Cornell. Para la experta, el cruce de críticas en la Asamblea General “dice mucho de lo lejos que están de resolver sus diferencias (…), aunque no creo que ninguno de los dos esté preparado para una Guerra Fría”.
Intervenciones
Pese a las tensiones entre ambas potencias, la jornada de ayer tuvo espacio para abordar otros temas de interés internacional.
Con la pandemia de covid-19 como uno de los ejes de su alocución, el Presidente ruso, Vladimir Putin, destacó la vacuna desarrollada por su país y la defendió de las dudas que han surgido entre la comunidad científica por su efectividad. El mandatario, incluso, la ofreció de forma gratuita a la ONU para proteger a sus empleados y voluntarios.
Putin, además, lanzó una crítica implícita a Washington al asegurar que “liberar al comercio mundial de barreras, prohibiciones, restricciones y sanciones ilegítimas sería de gran ayuda para revitalizar el crecimiento global y reducir el desempleo”, en aparente alusión a las sanciones impuestas por EE.UU. a países como Venezuela e Irán.
El Presidente iraní, Hasan Rohani, también se sumó a esas críticas y rechazó ayer la reimposición unilateral de las sanciones de la ONU en contra de Teherán por parte de EE.UU., y amenazó con que, tras las elecciones de noviembre, el próximo Presidente estadounidense “no tendrá otra opción que ceder ante la resiliencia de la nación iraní”. Por su parte, Macron reiteró que Francia y sus aliados europeos Alemania y Reino Unido “no cederán” en su rechazo a la reimposición de las sanciones contra Irán.
Otra de las tensiones a tratar fueron las que durante los últimos días han aumentado entre Turquía y Grecia por los derechos de exploración de hidrocarburos que ambos países reclaman en el Mediterráneo Oriental. En la ocasión, el líder turco, Recep Tayyip Erdogan, defendió los intereses de su país en la zona y acusó a Atenas de “violar los derechos” de Ankara. Además, aseguró que solo el “diálogo sincero” resolverá la disputa entre ambos países.
Sin presencia femenina
La ONU abrió su Asamblea General con un recordatorio
del desequilibrio de género en la política internacional:
entre los más de 30 jefes de Estado que intervinieron
ninguno es mujer.