Señor Director:
Soy ingeniero civil y aficionado al tiro deportivo. He seguido como ciudadano las noticias sobre el lamentable caso de don Gustavo Gatica, lesionado en sus ojos supuestamente por una escopeta antidisturbios disparada por el teniente coronel de Fuerzas Especiales de Carabineros don Claudio Crespo, durante los disturbios del 8 de noviembre pasado.
Al teniente coronel Crespo se le acusa de haber tenido la intención de lesionar en los ojos al señor Gatica. Esto resulta inexplicable para alguien que sepa un poco de balística y geometría. Las escopetas antidisturbios son muy imprecisas porque no tienen cañón estriado. No son escopetas de caza o tiro deportivo, sino que están diseñadas para causar dolor, no para lesionar, y por eso los perdigones se dispersan muy rápido.
Según los medios de prensa, el disparo que lesionó a Gatica se habría hecho desde 24,5 metros. A esa distancia la escopeta antidisturbios no permite asegurar un impacto en los ojos, aunque se apunte a ellos y se quieran lesionar, porque la munición TEC (perdigones de goma) se dispersará en forma cónica en una roseta de al menos un metro. A esa distancia es más preciso un balín tirado con honda que un escopetazo.
En medio de disturbios callejeros, Crespo apuntando bajo la cintura de los manifestantes podría impactarles en la cabeza sin ninguna intención de hacerlo. La única manera de ser preciso con una escopeta antidisturbios es disparar de muy cerca, pero eso arriesga lesiones mucho más graves y la única manera de asegurarse de que no se lesionará a nadie es disparando al aire, pero para eso están las salvas.
Si se autoriza el uso de escopetas antidisturbios se arriesgan lesiones. La responsabilidad por ellas debiera asumirla la sociedad que las autoriza, no el policía que las usa.
Martín Balbi
Ingeniero civil