H. OPAZO Y R. FUENZALIDA

En un 45% aumentaron las lesiones en España luego de la detención por el covid-19 comparado con los últimos 20 años en la liga, cifra que se puede explicar dado el exigente retorno a las canchas (con hasta tres partidos por semana) después de un breve período de acondicionamiento.

En Chile tomaron nota. Los clubes trabajan para evitar que se repita el fenómeno cuando se reanude el certamen local.

“El club nos permitió instalar un gimnasio en la casa de cada jugador, lo que nos brindó un beneficio enorme para mantener los niveles básicos de condición física”, expone Facundo Peralta, preparador físico de Universidad Católica.

“La ANFP determinó cuatro semanas mínimo antes de volver a jugar, un tiempo prudente. En Alemania apenas tuvieron dos. Estamos trabajando progresivamente desde el punto de vista físico y técnico. Se les advirtió a los jugadores que no se aceleraran: partimos con pases cortos, luego más largos, más fuertes, para más adelante empezar con los remates al arco, porque se requiere una coordinación muscular que durante cuatro meses no experimentaron”, comenta Mauricio Hernández, kinesiólogo de U. de Chile.

“La realidad europea no es la misma que vivimos acá. En Chile se han hecho mejor las cosas y vamos a llegar bien preparados”, estima el PF de Universidad de Concepción, el uruguayo Luis Mena.

“Uno aprende de los errores de los demás. Vimos lo que pasó en Europa y estamos estableciendo diferentes acciones para evitar que nos ocurra lo mismo. Queremos reducir al mínimo el riesgo”, explica Mauricio Martínez, kinesiólogo de Santiago Wanderers.

“La mayoría de las lesiones en Europa fueron musculares. Entonces, diseñamos una pauta individualizada para cada jugador durante la cuarentena, para combatir el desbalance muscular”, afirma su colega de Iquique, Jonathan Farías.

“Nos preocupamos mucho de las articulaciones: rodilla, tobillo, cadera. Se hace hincapié en las sensaciones del futbolista, si está cansado, si siente alguna molestia, las cargas se manejan de forma individual”, aporta el kinesiólogo de Curicó Unido, Gabriel Castillo.

El trabajo ha sido básicamente individualizado, de acuerdo a las necesidades de cada jugador, a quienes se controla permanentemente para evitar sobrecargas musculares o riesgos de lesiones graves.

“Lo que buscamos es simular todos los movimientos que los jugadores realizan en su posición en el campo y, de acuerdo a la disposición sanitaria, nos van liberando determinadas acciones”, explica Peralta.

En la U. de Conce se declaran satisfechos con el proceso. “No hemos tenido lesiones musculares, solo contracturas, salvo el lamentable corte del tendón de Aquiles de (Claudio) Navarrete, que no tuvo nada que ver con las cargas”, admite el PF Mena.

El peso fue otra preocupación. “Nuestra nutricionista es una pulga en el oído, jajaja. Les mandaba mensajes a los jugadores, los controlaba… Todos llegaron con buenos números en porcentaje de grasa y apenas un par con un poco de peso extra, pero nada serio. Con ello, pudimos trabajar mucho mejor en las prácticas”, informa Mauricio Hernández, de la U.