EQUIPO DE REGIONES
Tal como se había anunciado, el encuentro de comunidades mapuches —denominado Meli Futa Trawün— finalizó en la tarde de ayer con cientos de comuneros y adherentes (llegados desde distintos puntos de La Araucanía y del sur del Biobío), que se trasladaron desde la comunidad Liempi Colipi, al surponiente de Curacautín (La Araucanía), hasta la plaza La República de esa comuna, en una marcha que recorrió las principales calles de la localidad precordillerana.
El objetivo era llegar hasta el lugar para dar a conocer las conclusiones del encuentro que, de acuerdo a los organizadores, reunió a unas dos mil personas. En la ocasión analizaron lo ocurrido la noche del sábado 1 de agosto, cuando particulares desalojaron el municipio, tras permanecer seis días tomado por comuneros mapuches, con diversos enfrentamientos y hechos de violencia.
El lonco Alberto Curamil, quien encabezó el encuentro y ofició como vocero, reconoció que “hay mucha rabia por este racismo, pero tenemos que saber dónde pelear”. El dirigente señaló los cuatro temas abordados durante el fin de semana. En primer término, responsabilizó a las autoridades de Gobierno por el racismo que, aseguran, impera en la zona. Además, se reafirmó el apoyo a los comuneros mapuches que cumplen condena en las cárceles de Lebu, Angol y Temuco. En tercer lugar, enfatizaron su rechazo a la presencia de empresas forestales y transnacionales en La Araucanía y finalmente, se llamó a hacer convocatorias y a generar acuerdos al interior de las comunidades.
Durante la marcha, que según informó Carabineros no estaba autorizada y que culminó en la plaza de la comuna, desconocidos atacaron con piedras y elementos contundentes varias casas de particulares en las calles por donde transitó la movilización. Luego, tras conocer las conclusiones del encuentro, encapuchados amarraron y derribaron de sus monolitos los bustos de Arturo Prat y Pedro Aguirre Cerda, que se ubicaban en la plaza, para luego arrojarlos a una pileta. Al mismo tiempo, según el comisario de Carabineros de Curacautín, mayor Fernando Mella, un grupo comenzó “en forma inmediata a lanzar piedras contra el personal de Carabineros que se encontraba resguardando el municipio”.
De acuerdo a la versión policial, los manifestantes regresaron hacia el acceso surponiente de la comuna, “ocasionando daños a la propiedad pública y privada” en su paso por las calles. En conversación con la radio local Rayén del Sur, Curamil admitió que “hay un descontrol de los jóvenes que son más impulsivos”, y que no saben separar el trabajo político que, aseguró, se encuentran realizando. Por lo que pidió “disculpas a la gente pobre que fueron dañados”.
Según la Cámara de Comercio y Turismo de Curacautín, al menos diez locales comerciales resultaron con sus vitrinas destrozadas y al menos cuatro vehículos particulares fueron dañados durante la marcha, además de destrozos causados en un templo evangélico.
Más tarde, en el sector rural de Corretué, un carabinero “resultó lesionado con un trauma ocular grave”, lo que obligó a su traslado a Temuco, informó el comisario Mella.
El intendente Víctor Manoli condenó el ataque al uniformado. El jefe del gobierno regional agregó que “ninguna demanda, por legítima que sea, justifica que una persona resulte herida gravemente cumpliendo con su deber”.
Vecinos y comerciantes fustigaron al intendente, a quien acusaron de no dar seguridad en una jornada en la que se adelantaba que ocurrirían incidentes.
La marcha se trasladó hasta el acceso sur a Curacautín, donde desconocidos interrumpieron la ruta en el sector del puente Blanco, y se registraron escaramuzas entre Fuerzas Especiales y manifestantes. Carabineros informó que no hubo detenidos.
CAMIONEROS
La Confederación Nacional de Transporte de Carga se
reunirá hoy con el ministro del Interior, Víctor Pérez.